El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y Bankia, que ejercen la acusación particular en el juicio contra los 65 usuarios de las tarjetas opacas de Caja Madrid, responsabilizaron ayer a la antigua cúpula de la entidad como artífice del fraude (12,5 millones en gastos cargados ilícitamente, según las acusaciones) y se atribuyeron de forma excluyente el papel de perjudicados.

El letrado del FROB Fernando Aizpún reclamó, al formular sus conclusiones en el juicio por las tarjetas, que el fondo sea el beneficiario en exclusiva de las cantidades desembolsadas con las "black" una vez se recuperen, al ser el que saneó con fondos públicos la entidad "con el fin de preservar la estabilidad del sistema financiero". Esta versión contrasta con la manifestada por el abogado de Bankia, Joaquín Burkhalter, que defendió que es al banco al que deben restituirse todos los cargos, ya que recibió los activos segregados de Caja Madrid.

Al margen de la disputa por la legitimidad, ambas acusaciones se expresaron en la misma línea de la Fiscalía y señalaron que las tarjetas, lejos de repercutir en un beneficio para la entidad, se utilizaron para satisfacer fines personales que nada tenían que ver con las funciones en la caja.

Los letrados destacaron el "protagonismo" de los expresidentes Miguel Blesa y Rodrigo Rato en el mantenimiento de un sistema "sin base legal" y "subrepticio". El tribunal retomará la sesión el viernes, jornada en el que las defensas expondrán sus informes finales, entre ellas las de Blesa y Rato, para quienes la Fiscalía solicita penas de seis y cuatro años y medio de cárcel, respectivamente.