La tecnológica estadounidense Apple apelará la sanción de 13.000 millones que le impuso la Unión Europea por impuestos no satisfechos a Irlanda, país al que deberá entregar el importe que le exige Bruselas, que acusa a la multinacional de haber recibido ayudas de Estado mediante la exoneración de tributos. Apple reiteró ayer en un comunicado que la decisión de la UE carece de fundamento. Pero la UE invitó a los países miembros a reclamar a su vez a Apple los tributos no pagados.

Irlanda sigue haciendo causa común con Apple y ayer volvió a negar que hubiese dado un trato fiscal favorable a Apple. El Gobierno irlandés considera que la exigencia de los reguladores comunitarios supone una interferencia en la soberanía de su país. Varios países llevan años quejándose de la fiscalidad irlandesa.