Los países de la Unión Europea (UE) decidieron ayer reforzar los controles de las emisiones de los vehículos, con una medición de las partículas contaminantes finas que hasta ahora no se controlaban y un test específico para medir la contaminación cuando el motor está en frío. Aunque el tamaño de estas partículas se ha ido reduciendo hasta ser invisibles para el ojo humano, siguen siendo cancerígenas y están presentes en motores tanto diésel como gasolina con tecnologías de inyección directa. Todos los coches con sistemas inyección directa de gasolina tendrá que contar con un filtro de partículas (como los que ya tienen los diésel) para poder aprobar los controles.