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La política laboral de la multinacional en España

Arcelor refuerza su plantilla en Asturias a costa de reducir las de otras factorías

Malestar en talleres de otras regiones porque los contratos relevo de sus prejubilados se hacen para Avilés y Gijón - Los siderúrgicos acumulaban hasta noviembre más horas extra que en todo 2015, cuando la empresa fue multada

Trabajadores de Arcelor en la acería de Avilés. IRMA COLLÍN

La política de contrataciones de Arcelor-Mittal, favorable para sus talleres asturianos, está causando importantes recelos en el resto de plantas que el grupo siderúrgico tiene repartidas por España. La multinacional llegó a un acuerdo con los sindicatos en el que se recogía que para facilitar el rejuvenecimiento de su nómina de trabajadores se usaría el sistema de contratos relevo. Es decir, cada vez que haya una prejubilación (este año fijada en los 61 años y cuatro meses) incorporará a un relevista, generalmente joven, que se beneficia del puesto que queda vacante. Lo que causa malestar en otros puntos del país es que aunque el empleado se retire en la planta Sagunto (Valencia) o Sestao (Vizcaya), la nueva contratación se está haciendo, por norma general, en Asturias.

De esta forma se están fortaleciendo las plantillas en los talleres asturianos, al mismo tiempo que se debilitan las de otras plantas del grupo. El malestar ha llegado tan lejos que hace unos días la plantilla de la siderúrgica en Olaberría (Guipúzcoa) secundó una huelga en protesta por esta medida. El presidente del comité de empresa de esta instalación vasca, Fermín Otamendi, criticó durante la protesta que en lo que va de año se habían prejubilado siete trabajadores en la factoría vasca, pero "la dirección en lugar de contratar a siete relevistas aquí los ha incorporado en Asturias".

Algunas fuentes sindicales explicaron que la misma situación se da en otras de las plantas que pertenecen al llamado clúster de Arcelor-Mittal España, en las que se incluyen la acería compacta de Sestao o los talleres de Sagunto. El objetivo es reforzar la plantilla en Asturias con vistas al aumento de la carga de trabajo que se espera una vez que concluyan las obras de ampliación. Esto se produce además en un contexto en el que, tras años de caída de la producción, la demanda comienza a recuperarse en instalaciones de fuera de Asturias.

Por ejemplo, en Sestao la multinacional acaba de anunciar que tiene previsto duplicar la producción (se pasará de hacer 15.000 toneladas de acero al mes a 30.000), lo que implicará que la factoría pase a funcionar todos los fines de semana del mes, en lugar de los tres que está abriendo ahora. También tiene previsto apretar el acelerador en su fábrica de Sagunto, donde se hace un acero patentado por la propia compañía (llamado "Usibor") y muy demandado por el sector automovilístico. Unos planes muy similares tiene para Olaberría, donde ha anunciado ya una ampliación de sus instalaciones.

Al mismo tiempo, y pese a los refuerzos de personal, la plantilla asturiana continúa sumando horas extra, denuncian los sindicatos. A cierre de noviembre, ya se habían superado ampliamente las 200.000 que se habían acumulado durante el año pasado y que supusieron para la multinacional una multa de la Inspección de Trabajo por incurrir en ese exceso. Según las cuentas de las centrales, los trabajadores de Avilés acumulaban hasta noviembre 140.000 horas extra, lo que supone un 25% más en comparación con el mismo periodo del año anterior. En Gijón, iban en el mismo cómputo por las 80.000 horas extra. Entre ambas suman ya 220.000 a falta de un mes.

Algunos estudios realizados por los sindicatos aseguran que esta bolsa de horas extra se encuentra muy focalizada sobre un grupo de entre 300 y 400 trabajadores encargados del mantenimiento. Aunque apuntan que este año este trabajo de más se ha disparado debido a la cantidad de obras de reforma que se están realizando en los talleres.

La que continúa estancada es la negociación del convenio colectivo en Asturias, pese a que a finales de enero hará un año que las centrales y la multinacional firmaron en Madrid el llamado acuerdo marco que, aguas abajo en el resto de factorías, rige las relaciones laborales. Los sindicatos aseguran que si no hay un pacto en enero podrían plantearse medidas de presión.

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