Los hogares asturianos van camino de meses en los que, cabe presagiar, se resentirá el poder adquisitivo de muchos de ellos, principalmente de los pensionistas y también de los asalariados y autónomos cuyos ingresos no suban más del 2%, el nivel en el que se moverá el aumento de los precios durante 2017, pronostican los expertos. Después de tres años y medio de repliegue, la inflación ha reaparecido en España y en Asturias, donde la variación interanual de los precios fue del 1,6% en diciembre, igual a la media del país. El ascenso del petróleo y sus impactos sobre los gastos del transporte personal y sobre ciertos costes asociados a la vivienda (electricidad y calefacción) explican principalmente esa subida.

Conforme a la información que ayer divulgó el Instituto Nacional de Estadística (INE), el epicentro del rebrote inflacionario está en la escalada del petróleo. El crudo de tipo Brent cotizaba en los mercados internacionales a menos de 34 dólares hace un año y ahora está en 56, de modo que se ha encarecido el 60%. Es consecuencia de las decisiones de recorte de oferta que, para aumentar sus ingresos, decidió primero en Viena el cártel de países productores (OPEP) y que luego pactó también con otros estados ajenos al club (Rusia, entre ellos). El crudo sigue con precios moderados y no se espera una escalada que lo devuelva a la zona de mayor riesgo para los importadores, por encima de los cien dólares, pero ya hay consecuencias para hogares y empresas.

Los números del índice de precios al consumo (IPC) reflejan en Asturias un encarecimiento del 5% en el transporte personal, capítulo que se refiere al uso del automóvil particular. El coche sale más caro este año por varios frentes. Al incremento del combustible (8,5%) se suman subidas en los seguros superiores al 3%. Un epígrafe del IPC denominado "bienes y servicios de vehículos", donde se sintetizan las variaciones de distintos precios (los de carburantes, repuestos, reparaciones, peajes, tasas de aparcamientos...) indica que utilizar el coche sale un 6,2% más caro que un año atrás.

La incidencia del petróleo alcanza a los hogares también a través de los costes energéticos de la vivienda. La luz ha subido el 3,7% y también lo ha hecho intensamente el gasóleo de calefacción. En cambio, el INE refleja un descenso del gas, quizás porque en el caso de este combustible los efectos del petróleo en el precio no son instantáneos.

La letra pequeña de la inflación certifica que el recibo del móvil continúa el ascenso iniciado en 2016, cuando el sector de la telefonía dejó atrás su guerra de precios. Es un fenómeno parecido al ocurrido con las aseguradoras: suben todos las modalidades de seguros, no sólo las vinculadas al automóvil.

En la cesta de la compra hay resultados mixtos. Sobresale la escalada de las legumbres y hortalizas (9,4%), un resultado quizá conectado con los descensos de producción en varios países con cultivos afectados por el frío u otros contratiempos. El contrapunto lo da el aceite, el 7,5% más barato que en diciembre de 2015, año de malas cosechas en la mayoría de regiones productoras.

La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) y otros observatorios económicos pronosticaron ayer que la inflación seguirá aumentando en la primera mitad del año y que se moderará algo en la segunda. El incremento medio de los precios será del 2,2%, según Funcas. Si se cumple esa previsión, los pensionistas, con incrementos del 0,25% en sus nóminas en 2017, perderán casi dos puntos de capacidad adquisitiva.