El Banco Popular ha puesto en marcha una red paralela de 400 oficinas en España (una de ellas, en Asturias) dedicadas a dar salida al lastre inmobiliario que pesa sobre su balance mediante la reducción de activos improductivos.

Esta red paralela especializada en la venta de inmuebles forma parte del plan de saneamiento del banco, que ha acometido con ese fin varias ampliaciones de capital en los últimos años, ha puesto en marcha un plan de ajuste de personal pactado con los sindicatos y ha aprobado la constitución de una sociedad, denominada coloquialmente como "banco malo", que se desagregará de la entidad y cotizará en bolsa. Esta sociedad se quedará con 6.000 de los 34.000 millones de activos inmobiliarios con que cuenta el banco. El Popular pretende desprenderse de activos por valor de otros 15.000 millones entre este año y el próximo. La nueva red de oficinas contará con 400 empleados.

En febrero, Emilio Saracho sustituirá a Ángel Ron en la presidencia del Popular.