UGT y su fundación IFES recibieron y gestionaron en Asturias más de doce millones de euros en subvenciones con las que organizaron decenas de cursos de formación para parados y trabajadores ocupados entre los años 2010 y 2014, el período al que se refieren las indagaciones que desde hace dos años realiza la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.

El sindicato fue en ese tiempo y también en los años precedentes, junto a FADE y a CC OO, uno de los principales beneficiarios de las ayudas a la formación. Ocurrió de ese modo hasta que en 2015, el Gobierno aprobó una reforma del sistema nacional de formación que separó a los agentes sociales de la gestión de los fondos. UGT y las otras organizaciones han sido muy críticas con esa reforma y defienden que le corresponde un papel relevante en las decisiones sobre los fondos en la medida en que buena parte del dinero de la formación procede de las cotizaciones sociales que abonan las empresas y los trabajadores.

Según las resoluciones de las distintas convocatorias de ayudas que el Servicio Público de Empleo decidió en aquellos años, en 2011 la asignación a UGT-IFES superó los tres millones de euros y un año después alcanzó los cuatro millones. A partir de 2012, en un contexto de crisis económica y con recortes en las cuentas regionales y en las transferencias del Estado, las cantidades repartidas por el Principado descendieron y también lo hicieron las subvenciones gestionadas por UGT. En el caso de la formación, tales ayudas rondaron en cada uno de esos ejercicios los 1,5 millones de euros.

Para solicitar el dinero se utilizaban dos caminos, según el tipo de convocatoria. En unas ocasiones, UGT optaba directamente y luego subcontrataba la organización con IFES o con la Fundación Metal. En otras, era el instituto ugetista el que formalizaba las solicitudes. En el primer caso, el sindicato estaba legalmente facultado a repercutir hasta un 20% de "costes indirectos" para cubrir los gastos de gestión en que pudiera incurrir.