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La patronal asturiana expresa su alarma por la deriva proteccionista de EE UU

FADE teme una contracción del comercio mundial y un frenazo inversor por Trump 377 empresas de la región, máximo histórico, exportan al país

La patronal asturiana expresa su alarma por la deriva proteccionista de EE UU

La política económica que ha comenzado a desplegar la Administración estadounidense bajo la presidencia de Donald Trump supone "un frenazo a la dinámica mundial de funcionamiento de los últimos veinte años" e implica un riesgo severo de deterioro del comercio, la inversión y la situación financiera mundiales, según el criterio de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) expresado por su director general, Alberto González. La deriva proteccionista de EE UU, advierte González, llega precisamente cuando España, Asturias incluida, ha avanzado en la apertura de sus economía, más dependiente de las exportaciones que antes de la crisis.

Los informes de coyuntura económica del servicio de estudios de FADE alertaban, ya antes de consumarse la llegada de Trump a la Casa Blanca, de que "la posibilidad de que se materializase un vuelco hacia políticas proteccionistas" era uno de los principales riesgos a la baja para el crecimiento global. "El volumen del comercio mundial ha sido débil en 2016 (creció el 1,9% frente al 2,7% en 2015), de manera que un repunte en las medidas comerciales proteccionistas o nuevos focos de incertidumbre en el ámbito político podrían seguir deteriorándolo", señalaba a fines del pasado año la FADE en un análisis que tenía en cuenta también los presumibles impactos del "Brexit" para los intercambios comerciales.

Trump confirmó nada más ocupar el Despacho Oval su determinación proteccionista, apartando a EE UU del acuerdo comercial con once países de la cuenca del Pacífico (tratado TPP) y anunciando que quiere revisar las condiciones de los pactos de libre comercio con México y Canadá (NAFTA). "Se frena una dinámica de diálogo y de apertura comercial como nunca antes había existido; entramos en un escenario que cambia el perfil de la economía mundial y que a medio plazo puede tener consecuencias muy serias", destaca ahora Alberto González.

El riesgo de guerra comercial y con ello de una contracción de los intercambios (el "inicio de la desglobalización", como anticipan algunos analistas) debería mover a la Unión Europea (UE), opina el director general de la FADE, a aproximarse a China y a Sudamérica para estrechar relaciones y contrarrestar los efectos de la nueva alianza que se vislumbra entre EE UU y Reino Unido y el acercamiento entre la Administración Trump y la Rusia de Vladimir Putin. "De otro modo, la economía europea, incluida la española, pueden sufrir mucho, máxime después de estos años de esfuerzos para ganar competitividad exterior", expone González. El impacto del proteccionismo en las cuentas de resultados de multinacionales estadounidenses damnificadas por la revisión de los tratados de libre comercio podría frenar decisiones de inversión, reflexiona también.

Los riesgos son asimismo financieros. El director general de la FADE comparte los análisis que están previniendo sobre un presumible aumento de los tipos de interés en los mercados de renta fija que elevaría los costes financieros de las grandes empresas y, sobre todo, los de los estados. España tendría que afrontar un escenario con un endeudamiento público que ha escalado hasta el 100% del producto interior bruto (PIB).

¿Qué grado de exposición tiene Asturias a tales riesgos? La región es un economía más abierta que antes de la crisis (las exportaciones equivalen al 17,5% del PIB, 4,5 puntos más que en 2008) y el saldo exterior es favorable desde 2013, lo que significa una aportación claramente positiva al crecimiento. EE UU no figura este año entre los principales destinos de las exportaciones por volumen de ventas, pero sí es el país en el que un mayor número de empresas asturianas hacen negocios, siquiera de manera esporádica. Las compañías de la región que realizaron alguna venta en EE UU alcanzaron en 2016 la cifra récord de 377. Las que exportan de manera regular se acercan al centenar. Y el capital estadounidense tienen un protagonismo central en la industria asturiana, con la propiedad de plantas como las de Du Pont y Alcoa, entre otras.

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