El informe de la ONIF cita tres operaciones en las que Rodrigo Rato pudo haber cometido delitos de blanqueo de capitales. La primera se refiere a la canalización de rentas de la sociedad Cor con destino a la construcción del hotel de lujo de Layos. El importe de tales rentas no declaradas asciende a 3,5 millones de euros. La segunda operación se refiere a un hotel en Berlín con una inversión de seis millones de euros. Y la tercera a un chalé en Cabueñes, en Gijón, con una inversión superior a los 70.000 euros. Se trata de la casa de 350 metros cuadrados que Rato mandó construir entre los años 2010 y 2011 en la parroquia de Cabueñes para convertirse en su rincón familiar en Asturias.