Arcelor-Mittal, principal fabricante de acero del mundo y propietario de las plantas siderúrgicas de Gijón y Avilés, obtuvo en 2016 un beneficio neto de 1.600 millones de euros frente a las pérdidas de 7.400 millones del año anterior. Con estos resultados, la multinacional anunció ayer que incrementará este año en 500 millones de euros, hasta 2.700 millones, las inversiones en mejoras de las fábricas. Las plantas asturianas, que producen a pleno rendimiento y han contribuido con beneficios a los buenos resultados de la compañía en Europa y en el mundo, están, según fuentes de la compañía, en una posición de ventaja para captar una parte de esos fondos.

La multinacional consiguió unos beneficios de 1.600 millones de euros a pesar de que la cifra de negocio cayó más de un 10% (53.400 millones de euros) y también se redujeron la producción de acero bruto (90,8 millones de toneladas) y las expediciones de productos siderúrgicos (83,9 millones de toneladas). Ello fue posible gracias a las mejoras de productividad incluidas en el plan "Action 2020" -que en las plantas asturianas se está traduciendo en una optimización de los procesos taller por taller- y, de manera especial, a las políticas contra la competencia desleal en las exportaciones chinas desplegadas en Europa y EE UU. Tales políticas han favorecido una recuperación de los precios del acero, lo que llevó a Arcelor-Mittal a un resultado operativo (ebitda) de casi 5.900 millones de euros en 2016 frente a los 4.900 de 2015.

"El ebitda generado fue considerablemente superior a las previsiones iniciales", señaló Lakshmi N. Mittal, presidente del consejo de administración de Arcelor-Mittal, que añadió que 2017 comienza "con una dinámica positiva, tanto en la empresa como en el mercado", aunque se seguirán buscando avances en la optimización de costes, la cartera de productos y el aumento de los volúmenes de expediciones. "La mejora de nuestro nivel de confianza se refleja en la decisión adoptada por el Consejo de aumentar la cifra de inversiones en 2017", destacó Lakshmi N. Mittal. En concreto esa partida se incrementará en 500 millones de euros, al pasar de 2.200 a 2.700 millones de euros.

El aumento de las inversiones puede beneficiar a las plantas de Asturias, que están afrontando un proceso de modernización que ya se ha traducido en mejoras en la acería de Avilés y en los altos hornos y el tren de carril de Gijón, y que aún tiene pendiente la construcción de unas nuevas baterías de coque y la renovación de la segunda maquina de colada continua de Avilés. Fuentes de Arcelor-Mittal señalaron que las plantas asturianas están bien situadas para optar a esos fondos, ya que "cumplieron en 2016 el presupuesto fijado, están en línea con los objetivos que se han marcado para Europa y han registrado un ebitda positivo que ha sumando en el buen resultado obtenido en el continente". Los sindicatos mayoritarios también consideran que las plantas asturianas están bien situadas en la carrera por las inversiones que apuntalen el futuro. "Hay paz social, con la firma del acuerdo marco y el preacuerdo del convenio; se está rejuveneciendo la plantilla con los contratos relevo, y se están optimizando los recursos", destacó José Manuel Castro, secretario general de CC OO en Arcelor-Mittal.

En Europa, la compañía obtuvo en 2016 un ebitda de 2.355 millones de euros -frente a los 2.251 del año anterior- pese a un descenso de la producción de acero, que pasó de 43,8 a 42,6 millones de toneladas. El cierre de la planta de Zumárraga, los recortes en la de Sestao, la venta de la de Zaragoza a Megasa (con un ingreso de 80 millones de euros) y las reformas abordadas en Asturias tuvieron incidencia en esa caída.

Tras conocerse los resultados de 2016, las acciones de Arcelor-Mittal se dispararon el 8,94%, la mayor subida del Ibex-35.