Duro Felguera y la banca acreedora negocian un acuerdo para reestructurar la deuda que muy probablemente conllevará que el grupo asturiano de ingeniería y servicios aborde una ampliación de capital para reforzarse y aumentar las garantías de pago. La operación, según una propuesta que el consejo de administro de Duro ha analizado en las últimas semanas, supone captar al menos 40 millones de euros. Según fuentes de la negociación, los principales accionistas de Duro (la familia Álvarez Arrojo y los herederos de Ramiro Arias) están dispuestos a acudir a esa ampliación.

Duro Felguera está inmersa en un proceso para aligerar su carga financiera después de que los retrasos acumulados en los cobros de varias grandes obras en Australia, Argentina y Venezuela provocara un intenso deterioro de la tesorería, disparando el endeudamiento neto desde los 75,9 millones de euros declarados a fines de 2015 a los 253,5 millones reflejados en las cuentas comunicadas al mercado de valores después del tercer trimestre del pasado año. La deuda bruta (incluyendo derivados financieros) era entonces de 361,9 millones. La que está concernida por la actual negociación con los bancos es inferior a los 300 millones.

El grupo de entidades acreedora está encabezado por el Santander y formado también por BBVA, Sabadell, Caixabank, Bankia y Popular. Según fuentes de la negociación, las partes no tienen duda de que la empresa es viable y se manejan distintos escenarios y alternativas para retrasar los vencimientos y ajustar otras condiciones de los débitos (la mayor parte de ellos expiran entre este año y el próximo). A petición de algunos de los bancos, Duro está considerando ir a una ampliación de capital. En las conversaciones se está hablando de una horquilla de entre los 40 millones y los 90 millones que plantea una de las entidades. Según fuentes conocedoras, la propuesta del consejo de Duro a los acreedores estará más cerca de los 40 millones e incluirá el compromiso de que los actuales accionistas de control confirmarán su apuesta por la compañía participando en la ampliación, lo que limitaría la dilución de sus participaciones.

El consejo de Duro Felguera está dominado por la alianza entre Gonzalo Álvarez Arrojo (24,39%), accionista histórico que desde mediados de los años 2000 lideró el capital del grupo, y por los herederos del empresario Ramiro Arias (10,02%), fallecido en noviembre de 2015. Un ampliación de 40 millones supone elevar el capital el 18%, si se considera el valor actual en Bolsa de Duro, de forma que, para retener intacto el peso que tienen ahora, las dos familias deberían desembolsar unos 14 millones de euros. La cifra se iría por encima de los 30 millones si la ampliación fuera de 90 millones.

Según informaciones recabadas en fuentes de la negociación, el consejo de Duro cree que no será precisa una ampliación de tanto alcance porque existen vías complementarias para aligerar la deuda y reforzar las garantías, como la venta de activos (la sede de la empresa en Madrid) y el manejo de la autocartera, capital (10%) que el grupo ha reservado con vistas a la posible incorporación de nuevos accionistas o para operaciones corporativas de anexión de empresas mediante intercambio de títulos.

Un sector de la banca acreedora es crítico con la gestión del presidente de Duro Felguera, Ángel Antonio del Valle, yerno del accionista principal, y ha cuestionado su continuidad, indicaron algunas fuentes. Medios que están al tanto de la negociación señalaron que el núcleo accionarial no se cierra a posibles cambios en la cúpula ejecutiva y da prioridad a asegurar la viabilidad de la más que centenaria multinacional asturiana, al mantenimiento del empleo (1.500 personas) y a que se preserve la propiedad asturiana de la compañía.