La Audiencia Nacional condenó ayer a seis años de prisión al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y a cuatro años y medio a su sucesor en la caja madrileña y expresidente de Bankia Rodrigo Rato al considerarlos autores de delitos continuados de apropiación indebida del patrimonio de ambas entidades mediante la emisión y uso de tarjetas de crédito con cargo a ambas instituciones financieras y que además eran opacas para la Agencia Tributaria, por lo que no se tributaba por el dinero disfrutado. Las tarjetas fueron usadas por ellos mismos y por los otros 63 procesados para cubrir gastos privados por un importe de 12 millones. El tribunal considera probado que hubo "lealtad quebrada" y "dilapidación del patrimonio". Blesa y Rato fueron absueltos del delito de administración desleal, del que también se los acusaba.

Al ex director general de medios de la entidad, Ildefonso Sánchez Barcoj, se le impuso una pena de dos años y seis meses de prisión como colaborador y cómplice de la "mecánica desarrollada", en tanto que los otros 62 procesados fueron condenados a penas de entre tres meses y tres años de prisión por delitos de apropiación en calidad de colaboradores.

Diecinueve de los 65 procesados (los condenados a más de dos años de prisión) ingresarán en la cárcel para cumplir la pena impuesta, aunque está por determinar (a la espera de lo que solicite la fiscalía y decida el tribunal) si se produce con prontitud o se espera a que la sentencia sea firme, toda vez que los condenados podrían recurrir el fallo ante el Tribunal Supremo.

Junto con el gijonés Rodrigo Rato, fueron condenados los otros tres asturianos acusados: el exsecretario de Estado de Hacienda con el PP Estanislao Rodríguez-Ponga (tres años y dos meses), el exsecretario de Estado de Turismo con el PP y expresidente del Consejo Superior de Cámaras José Manuel Fernández Norniella (un año de prisión) y la consejera por dedignación del PSOE María Enedina Álvarez Gayol (dos años).

Las penas, que oscilan entre los tres meses y los seis años, gradúan el reproche judicial en virtud del grado de implicación y reponsabilidad en la decisión del sistema de lucro, del volumen de dinero dispuesto y de la existencia o no de atenuantes por devolución de las cantidades de dinero disfrutadas. Todos tendrán que devolver las cantidades de las que dispusieron y afrontan sanciones por diferentes importes. Los condenados fueron consejeros de Caja Madrid y Bankia por designación del PP, PSOE, IU, UGT, CC OO y el Sindicato de Cuadros, y las patronales CEOE y CEIM.

Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de CEOE y actualmente en prisión por la gestión de su grupo empresarial, ha sido condenado a dos años de prisión; el exjefe de la Casa del Rey Rafael Spottorno, a una pena idéntica; el expresidente de la patronal madrileña Arturo Fernández, a seis meses; el ex ministro socialista Virgilio Zapatero, a ocho meses; ex secretario general del PP de Madrid Ricardo Romero de Tejada, a un año; ylos economistas Alberto Recarte y Juan Iranzo, a un añosy a cuatro meses, respectivamente.

Entre los consejeros de las entidades designados por PP, PSOE, UGT y CCOO con mayor sanción figuran Juan Antonio Moral Santín (cuatro años), Antonio Romero, Francisco José Moure, Francisco Vaquero y Jorge Gómez Moreno (tres años y dos meses cada uno), Gonzalo Martín Pascual, José María de la Riva y Rodolfo Benito (tres años), y Ángel Gómez del Pulgar, Antonio Cámara, Antonio del Rey y Francisco José Pérez (dos años y seis meses), todos los cuales entrarán previsiblemente en prisión.

La sección cuarta de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional considera probado que tanto Blesa como Rato dirigieron una operativa ejecutada por Sánchez Barcoj, quien comunicaba los nombres de los usuarios, los límites operativos mensuales y anuales y autorizaba sus ampliaciones, con lo que se produjo "la merma del caudal de la entidad por la atención a los intereses lucrativos de sus beneficiarios".

En su relato, la sala se remonta a 1988, para explicar que durante la presidencia ejecutiva de Jaime Terceiro al frente de Caja Madrid se acordó "dignificar" las retribuciones de los consejeros a través de una tarjeta que vendría a complementar las dietas que recibían para cubrir los gastos de representación asociados al desempeño de sus cargos en la entidad. Con esa tarjeta Visa se permitió disponer de unas cantidades limitadas de dinero como compensación de los esfuerzos y dedicación de la entidad.

Sin embargo, una vez que Blesa llegó a la presidencia de Caja Madrid tras el triunfo electoral del PP en 1996, el nuevo responsable "propició" que a los consejeros e integrantes de la comisión de control se les facilitase una tarjeta sin necesidad de justificar los gastos que hiciesen con ella.

De este modo, "viabilizó una percepción dineraria que acrecentaba a la dieta", que llegó a ser ampliada en plenos periodos de "fiestas o vacaciones", lo que demuestra el "uso particular" de las Visas y contra el patrimonio de la caja.

Sobre el régimen fiscal de estas tarjetas, la sentencia considera acreditado que el montante del que disponían los usuarios no se incluía dentro de las relaciones contractuales ni figuraba en el certificado de haberes facilitado por Caja Madrid cada año al contribuyente y a la Agencia Tributaria.

El fallo asegura que los ahora condenados conocían la mecánca de las tarjetas, por lo que "les dieron el uso particular que tuvieron por conveniente contra el caudal de la caja", una "merma" propiciada por Blesa.

Los magistrados consideran que su sucesor, Rodrigo Rato "mantuvo la misma dinámica en todos los aspectos", tanto en su condición de presidente de Caja Madrid a partir de 2010 como en la de máximo dirigente del banco Bankia, constituido por la fusión de los negocios financieros de Caja Madrid y de otras seis cajas de ahorros. Así, la sentencia relata que desde junio de 2011 a mayo de 2012, el exministro del PP "extendió la práctica" tanto a su favor como al de Sánchez Barcoj y al de José Manuel Fernández Norniella. Con esta estrategia Rato eludió, según el fallo, la limitación y recorte de salarios que impuso en 2012 el ministro Luis de Guindos con un decreto a los altos responsables de grupos bancarios que estuvieran en proceso de saneamiento y hubiesen pedido -caso de Bankia- ayudas públicas.

Tanto a Rato como a Blesa el tribunal los considera "actores" en tanto que ellos mismos podían haber acordado suprimir esa operativa. Por ello, ambos tendrán que responder (y devolver en su caso) "de forma solidaria" de todas las cantidades de las que dispusieron los acusados y que se cifra en 12 millones de euros.

De este importe, a Rato los magistrados lo responsabilizan de los 2,69 millones que fueron cargados a la entidad durante su presidencia, entre febrero de 2010 y mayo de 2012, "por los usuarios de las tarjetas cuya emisión autorizó", por lo que "responderá conjunta y solidariamente con cada uno de los acusados" de esa etapa. El fallo establece que los tres máximos responsables de la organización del sistema (Blesa, Rato y Barcoj) mantuvieron "un sistema opaco frente a los organismos internos y externos", en alusión al Banco de España y la Agencia Tributaria.

Las partes disponen ahora de cinco días para interponer recursos, lo que en ese caso demorará el final del proceso, que se inició en 2014 y cuya vista se prolongó durante 120 horas.