Duro Felguera cerró el pasado ejercicio en pérdidas por segundo año consecutivo, aunque las redujo el 73,6% respecto a 2015. La pérdida neta alcanzó los 18,19 millones de euros, del orden de 50 menos que los 68,8 millones del ejercicio precedente. La compañía, que está renegociando con los seis mayores bancos españoles su deuda, logró situar en positivo tanto su resultado de explotación (1,43 millones) como su resultado operativo (8,56), que un año antes habían cerrado en rojo.

En el marco de la refinanciación de sus débitos bancarios, el grupo ha empezado a vender activos para generar recursos (completó la venta por 13,8 millones de euros de su participación en la sociedad Petróleos Asturianos, que gestiona un almacén de combustibles de El Musel) y se ha comprometido con los acreedores a designar un consejero delegado, con lo que recuperará este figura en su organigrama, lo que supondrá desdoblar las funciones que actualmente asume el presidente, Ángel Antonio del Valle.

La designación de un primer ejecutivo es una de las peticiones de los bancos financiadores para acceder a la reestructuración de la deuda del grupo asturiano. La finalidad de esta operación es acomodar las amortizaciones de los créditos a los cobros de las cuantías que la compañía reclama por obras ejecutadas o en vías de conclusión en Australia, Argentina y Venezuela y que suman 361 millones.

Las otras condiciones de la banca son las desinversiones de activos improductivos y la ampliación del capital social por un monto que podría llegar a los 90 millones, según las pretensiones de algunos bancos, aunque la sociedad calcula que podría ser suficiente con una aportación de 40 millones. Los accionistas de referencia están dispuestos a inyectar recursos en la ampliación.

Duro confirmó que ha vuelto a percibir en los últimos meses parte de las cantidades que tiene pendientes de cobro en Venezuela (la deuda se redujo a 78 millones) y que de los 147 millones que reclama en Argentina, 40 millones ya han sido considerados como mayor precio de venta. A su vez, ha ingresado una indemnización de 4 millones de euros por la participación en la empresa tecnológica Núcleo, de Madrid.

La disminución muy significativa de las pérdidas del grupo en 2016 se produjo a pesar de que la ingeniería redujo sus ventas el 8% (hasta los 624,8 millones) y pese al empeoramiento del resultado financiero neto, que aportó una saldo negativo de 19,5 millones cuando en 2015 había sido positivo en 10,8 millones. Este peor resultado financiero obedeció a los menores ingresos de esta naturaleza, al menor tipo de cambio del euro y al elevado coste de la financiación local en Argentina, que ya ha cancelado.

La contratación también menguó (disminuyó el 60,3% respecto a un año antes y se situó en 624,8 millones), en parte por la aplicación de un criterio más selectivo de los proyectos por los que puja tras los problemas que ha tenido el grupo en Reino Unido, Australia, Argentina (la construcción de central de Vuelta Obligado concluirá este verano) y Venezuela, y que han sido los causantes del importante incremento de su deuda, que se disparó el 196,4% en un año, hasta los 224,7 millones, aunque desde el tercer trimestre de 2016 sigue una tendencia decreciente tras los pagos recibidos de Venezuela.

Frente a estos débitos, la empresa tiene una tesorería bruta de 152 millones, el 40,7% más que los 108 millones de los que disponía a 30 de septiembre.

La cartera de trabajo mejoró el 1,2% (culminó 2016 en los 2.200,9 millones), aunque de este volumen, cuatro proyectos, por un importe de 885 millones, carecen de fecha comprometida de inicio. Las ventas se redujeron en todas las áreas de negocio, salvo en energía, que las incrementó el 24,8%. "El ebitda" o resultado operativo mejoró en todas las divisiones, aunque siguió siendo negativo en energía. En los talleres (todos, en Asturias) el "ebitda" mejoró el 6,4% (hasta los 5,58 millones) y el margen también mejoró el 7,5%.