Enfundada en una camiseta azul Asturias con el lema "contra el impuesto de sucesiones y donaciones" serigrafiado en su espalda, la octogenaria sierense Clavelina García Rodríguez saluda a la multitud. "¡Clavelina, presidente!, ¡Clavelina, presidente!...", responde la masa, que ya tiene heroína para la causa de las sucesiones.

El activismo impropio de su edad, 82 años, llevó a Clavelina a las páginas de LA NUEVA ESPAÑA y su desparpajo conquistó, posteriormente, la televisión. Es la cara de la protesta contra el "atraco" del impuesto de sucesiones y algunos de los concentrados ayer ante la Junta incluso se hacían fotos con ella. "Las personas mayores no solemos salir mucho en los medios de comunicación y yo me aprovecho de la edad, que para algo me tiene que servir", afirma la activista octogenaria, que se dio a conocer al denunciar que por los 300.000 euros de herencia que recibió de un hermano fallecido hace dos años en Venezuela tuvo que pagar 80.000 euros por el impuesto de sucesiones en Asturias. "Me vi obligada a regalar el sudor de mi hermano y no me parece justo", afirma Clavelina García.

"Mi caso ha llamado la atención y me he convertido en la voz de los sin voz, pero soy una más en la plataforma contra el impuesto", añade la sierense antes de destacar que "lo justo es que se pague lo mismo en todo el país y no en función de lo que decida el gobierno de turno en cada comunidad autónoma".

La gijonesa Luzdivina Díaz aplaude las palabras de Clavelina. Ella tuvo que pedir un préstamo para hacer frente a los pagos de la plusvalía del piso que heredó de su madre, fallecida hace un año. "Ahora, si yo falto dejo deudas y mis hijos no tienen capacidad para pagar más impuestos", destaca Luzdivina Díaz. "Protesto para que mis hijos puedan heredar", añade.

Los manifestantes repiten una y otra vez la palabra "injusticia" y se quejan de las diferencias entre comunidades autónomas. "Me parece sangrante que los herederos en Asturias tengan que pagar mucho más que en Madrid", afirma la ovetense Margarita Requejo después de destacar "el esfuerzo" de sus abuelos y padres para reunir un patrimonio para sus descendientes. "Por ellos y por nuestros hijos tenemos que salir a la calle a protestar", añadió Margarita Requejo, que como muchos de los presentes en la protesta aludían a los que ya no están. Una pancarta atada a la reja de la Junta General del Principado también los recordaba. "Les almes de los mios ancestros también vinieron", rezaba el cartel.