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Presidenta del PP de Asturias

Un impuesto menos sangrante gracias al PP

El agravio a los asturianos en la fiscalidad de las herencias y la reciente reforma de sucesiones

Un impuesto menos sangrante gracias al PP

Sangrante e injusto. Que un asturiano tuviese que pagar casi 30.000 euros por una herencia de 200.000, mientras en la vecina Galicia, por poner un ejemplo, no se paga absolutamente nada, suponía una situación insostenible para muchísimas familias de nuestra región. Un agravio comparativo impuesto por el socialismo que urgía resolver.

Y eso es lo que ha logrado el Partido Popular de Asturias con el acuerdo que permitió aprobar los Presupuestos del Principado de este año. Un acuerdo que abre el camino para que el Impuesto de Sucesiones deje de ser una pesadilla para los asturianos, que a la desgracia de padecer la muerte de un familiar suman el castigo fiscal que el gobierno regional viene aplicando a quienes reciben una herencia.

Si en 2015 apoyamos los Presupuestos regionales a cambio de rebajar en dos puntos cada tramo autonómico del Impuesto de la Renta, ahora nuestro compromiso con la sociedad asturiana pasaba por rebajar considerablemente el Impuesto de Sucesiones. Entablamos la negociación presupuestaria con el PSOE pidiendo su eliminación, pero se cerraron en banda, porque los socialistas, como ya es sabido, son unos forofos de los impuestos. Aunque sí logramos una modificación fiscal que permitirá a muchos asturianos librarse de esta carga tan injusta y a otros muchos pagar sustancialmente menos por sus herencias.

Habrá quien considere que no es suficiente. Y para nosotros tampoco lo es. El Partido Popular mantiene su compromiso de eliminar el Impuesto de Sucesiones a los herederos directos, aunque esa es una aspiración política que sólo podremos llevar a cabo desde el Gobierno de Asturias, pero para ello necesitamos ganar las próximas elecciones autonómicas. Hasta que ese momento llegue, preferimos aceptar una modificación a la baja del impuesto a quedarnos en el discurso y no conseguir absolutamente nada.

De esta forma, quienes antes pagaban 28.229 euros por una herencia de 200.000, desde el 1 de enero de este año pagan cero. En unos meses, además, se duplicará el mínimo exento de 2016, que pasa de 150.000 a 300.000 euros, y se modificará por ley la bonificación de la vivienda habitual para que haya que mantener la propiedad de la casa sólo tres años y no diez, como hasta ahora. Se corrige así un anacronismo propio de un gobierno entusiasta de la presión fiscal, pero impropio de los tiempos que vivimos.

También se corrige lo que Javier Fernández llama "error de salto" y que, en realidad, no es más que un error socialista, un error en el que su gobierno se ha empecinado hasta el último momento. Si la herencia superaba los 150.000 euros, se pagaba desde el primer céntimo y no sólo por el patrimonio que excedía ese mínimo exento. La injusticia era de tal calibre que resulta incomprensible que se hayan resistido tanto a rectificar.

Los socialistas nunca han querido revisar el Impuesto de Sucesiones alegando que se trata de un impuesto ideológico, y la prueba es que nunca han remitido una ley al Parlamento en este sentido; nosotros sí. Se puede decir que ésta es la primera vez que unos Presupuestos Generales del Principado alivian la carga impositiva de los herederos asturianos. Ni las cuentas de Javier Fernández ni los presupuestos precedentes se ocuparon nunca de procurarles un mejor tratamiento fiscal. Hasta que el PP incluyó este asunto en la agenda política y le dio eco parlamentario a un problema que ha convertido a Asturias en la comunidad autónoma donde más herencias se devuelven, lo que debería hacer reflexionar a Javier Fernández.

El PP de Asturias ya incluyó en su programa electoral de 2015 la eliminación del Impuesto de Sucesiones a familiares directos y, desde entonces, llevamos batallando contra este impuesto arbitrario, abusivo y desmedido. Dentro del Parlamento, con iniciativas rechazadas siempre por los mismos.Y fuera del Parlamento, organizando conferencias especializadas y una campaña a pie de calle de la que llevan haciéndose eco los medios de comunicación desde hace meses.

Nos alegramos de haber puesto el foco sobre una situación injusta contra la que ahora también se está rebelando la sociedad civil a través de un movimiento ciudadano que tiene en Clavelina García, una mujer de 82 años, su exponente más humano. La historia de esta vecina de Siero, afectada por un régimen fiscal que la obligó a pagar 80.000 euros de Impuesto de Sucesiones cuando en Madrid hubiera pagado 800, ha llegado hasta donde los políticos no siempre podemos. Bravo por ella.

Por fortuna, gracias al PP, muchos asturianos ya no tendrán que pasar por el calvario fiscal que sufrió Clavelina. El objetivo del Partido Popular es la eliminación del Impuesto de Sucesiones, porque castiga a las clases medias por recibir un patrimonio familiar que es el fruto de toda una vida de trabajo y porque provoca un éxodo fiscal a otras comunidades que de ninguna manera conviene a Asturias. Pero haber conseguido que un buen número de familias ya no tengan que pagar por sus herencias no deja de ser una satisfacción política que esperamos poder culminar.

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