La Consejería de Empleo, Industria y Turismo ha dado luz verde a la compañía estatal Hunosa y a la empresa madrileña Volta Energy Resources para que exploren, mediante sondeos, las posibilidades de extraer gas metano de las capas de carbón de la cuenca minera central de Asturias. El permiso de investigación afecta a 37.314 hectáreas de once concejos.

Según estudios de la Universidad de Oviedo, en el centro de Asturias hay unas reservas de más de 12.000 millones de metros cúbicos de metano, el conocido por los mineros como gas grisú. Hace tiempo que Hunosa quiere convertir ese temido gas en un negocio. Ya lo intentó en los años noventa del pasado siglo, cuando se alió con la compañía norteamericana Unión Texas, y volvió a hacerlo dos décadas después junto a Gas Natural-Fenosa. Los sondeos realizados entonces descartaron que la explotación del metano fuera rentable, pero la compañía estatal no se ha dado por vencida.

Ahora que se acerca la fecha de caducidad de la minería de carbón no rentable -31 de diciembre de 2018- Hunosa se ha aliado con Volta Energy Resources, una compañía de investigación de yacimientos energéticos creada en 2015 por antiguos técnicos de Repsol y de la Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras (Enadimsa). La alianza, en la que Hunosa tiene el 70% y Volta el 30%, ha obtenido del Principado un permiso de investigación de hidrocarburos denominado "Llábana 1" en una superficie de 37.314 hectáreas en los concejos de Oviedo, Siero, Sariego, Bimenes, Laviana, San Martín del Rey Aurelio, Langreo, Mieres, Aller, Lena y Ribera de Arriba.

Contra la autorización del permiso se presentaron un total de 143 alegaciones de ayuntamientos afectados, organizaciones ecologistas y particulares ante el temor de que se utilicen técnicas de fractura hidráulica -las conocidas como "fracking"-, para la extracción del gas. Las alegaciones fueron rechazadas por la Consejería de Empleo, Industria y Turismo al considerar que del programa de trabajos -que tiene una duración de seis años- y de inversiones -con un mínimo de 1,2 millones de euros- "no se desprende que se vaya utilizar en la investigación la técnica de la fractura hidráulica".

En su respuesta a las alegaciones Hunosa destacó que lo solicitado era, exclusivamente, un permiso de investigación de hidrocarburos que tiene como objetivo final "obtener toda la información posible para valorar técnica y económicamente la viabilidad futura de un proyecto de explotación del metano contenido en las capas de carbón, por lo que sería a la conclusión del mismo cuando se compararán las diversas técnicas de desgasificación existentes para una hipotética extracción".

La falta de concreción alarmó a las organizaciones ecologistas y disparó las críticas. Por ello, para disipar dudas, fuentes de Hunosa aseguraron posteriormente que "la intención" de la compañía minera "es, en caso de plantearse un proyecto de explotación, aprovechar el desprendimiento natural del gas de las capas del carbón, lo que conlleva únicamente sondeos como los que se practican habitualmente en la actividad minera y que no tienen nada que ver con el denominado fracking".

El proyecto del metano se enmarca dentro de los trabajos puestos en marcha por el área de Nuevos Desarrollos de Hunosa orientados al aprovechamiento de las energías residuales de la minas. Además, desde la compañía estatal se destaca que la utilización del gas para el consumo contribuiría a reducir las emanaciones de metano al exterior de las minas, teniendo en cuenta que ese gas tiene 20 veces mayor efecto invernadero que el dióxido de carbono.

El Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente premió en 2015 un proyecto de Hunosa que planteaba una técnica similar para extraer metano, por su contribución a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El Ministerio lo incluyó en el programa "Clima" y ahora Hunosa está dando los primeros pasos para llevarlo del laboratorio a la mina.