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Las conservas asturianas que triunfan en la televisión japonesa

Dos apariciones en un programa nipón de máxima audiencia le abren a Costera la puerta de un complicado mercado

Gaku Matsui e Ignacio Ventura González, con un cartel con imágenes del programa de la televisión japonesa en el que apareció el empresario asturiano. MARCOS LEÓN

Es hora de máxima audiencia en uno de los canales más populares de Japón, y en uno de los programas estrella de la cadena, la misma en la que han nacido series tan conocidas por este lado del mundo como "Shin-Chan" o "Doreamon", hace su aparición un empresario asturiano, Ignacio Ventura González, tercera generación de la gijonesa Conservas Costera. Una cámara le sigue en una visita que el gijonés hace a una planta conservera nipona, donde comenta con los encargados las diferencias más llamativas entre cómo se hace el envasado del atún por aquellas tierra y en España. En el plató, tres presentadores y algunos invitados siguen la jugada y van haciendo chascarrillos y explicaciones sobre las imágenes en las que González es el protagonista. Así es la televisión japonesa.

La secuencia podría haber quedado en una mera anécdota si no llega a ser porque a los pocos meses el empresario asturiano repitió en el mismo programa. Su desparpajo ante las cámaras gustó. Pero esta vez visitó una factoría de envasado de cangrejos, en el norte del país. Sus apariciones televisivas le han servido para hacer importantes contactos en el país. De hecho, ya se está preparando para vender allí, un mercado extremadamente complicado y de difícil abordaje. Tiene un pedido inicial para enviar 50.000 tarros de bonito y otros 20.000 de anchoas. "Probaron los productos y les gustaron mucho, especialmente la frescura y la textura", asegura González. Entre quienes los probaron estaba un jefe de la empresa Maruha Nichiro, uno de los grandes productores mundiales de pescado. Al ejecutivo le gustó tanto que la compañía está interesada en importar los productos de Costera para venderlos allí.

El viaje para aparecer en la televisión fue clave para abrirse camino en un mercado de lenta entrada para muchas empresas. "Esos programas de comparaciones sobre cómo se hacen las cosas allí y fuera de Japón gustan mucho a la audiencia del país", asegura el nipón Gaku Matsui, asesor de la Sociedad Asturiana de Promoción Exterior (Asturex), asentado en Asturias desde hace años y que está ayudando a la conservera en su desembarco en el país. El éxito del espacio televisivo es tal que tienen un 10% de cuota de pantalla. Lo ven unos cinco millones de espectadores.

Pero toda esta aventura comenzó de casualidad, gracias a un mail que llegó al correo de la empresa asturiana. El remitente era la productora del programa. "Contesté, aunque pensé que era una broma, y al cabo de unas horas me llamaron; era un japonés que hablaba castellano", explica González. A los pocos días estaba subido a un avión, acompañado de un amigo, Carlos Blanco, de un centro tecnológico gallego, por si las moscas. El canal se hizo cargo de todos los gastos e, incluso, un equipo de grabación viajó a Gijón para hacer unas tomas en la conservera.

La cosa no se quedó ahí y pasado un tiempo se repetiría. "Unos meses después me vuelven a llamar con muchas prisas para otro programa sobre las conservas de cangrejo, y para allí que me fui", explica Ventura González. La historia aún siguió en Avilés. En el Foro Agroalimentario, el empresario mantuvo varias reuniones con la empresa Mitsukoshi Isetan, unos grandes almacenes que también están interesados en vender sus productos, y a los que llamó la atención la relación entre el gijonés y Maruha Nichiro.

Hasta ahora, las exportaciones de Costera no llegan al 10% de las ventas totales y se limitan a algunos países vecinos como Francia, Italia o Alemania. Pero ahora sus productos van a cruzar medio mundo. "Esto nos va a servir también para probarnos y será un reto, porque es un país tecnológicamente muy avanzado y va a hacer que nosotros también nos adaptemos", asegura González, un asiduo ya a la ruta entre Asturias y Tokio. Hace sólo un par de semanas que estuvo por allí en una feria agroalimentaria llamada Foodex, ultimando los detalles del desembarco de sus productos en las orillas del Pacífico.

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