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El futuro de la primera empresa de la región

Arcelor amplifica la exigencia de mayor productividad en las factorías asturianas

La multinacional considera que el rendimiento de las plantas de Gijón y Avilés es inferior al de otras europeas y decide amortizar puestos de trabajo taller por taller

Arcelor-Mittal va desgranando su plan de productividad para las factorías asturianas. Lo está haciendo taller por taller, como había prometido, lo que, aguas abajo, está provocando conflictividad entre los trabajadores de algunas instalaciones, que no ven con buenos ojos que las medidas lleven consigo una amortización de los puestos de trabajo. Aun así, la multinacional insiste en que las factorías de Avilés y Gijón deben ser mucho más productivas si quieren "jugar en primera división", por utilizar una expresión que han utilizado medios de los sindicatos para resumir lo que les transmitió José Manuel Arias, jefe de división de Arcelor-Mittal en el Suroeste de Europa, en una reciente reunión.

Arias pidió a los representantes de los trabajadores un esfuerzo extra, una nueva vuelta de tuerca, y lo presentó como la mejor forma de evitar el riesgo de situaciones como las que se han producido en las fábricas vascas de Sestao o Zumárraga. La primera, solo produce por las noches y los fines de semana. La segunda fue cerrada. El rendimiento de las asturianas, alertó el directivo, está por debajo de otras del resto del grupo en Europa.

Traducido, el plan de productividad supone aplicar ciertas mejoras tecnológicas en los talleres que ayuden a fabricar más acero de forma más rápida. Y con menos personal, dejando sin cubrir ciertos puestos del personal que se va prejubilando, tal y como se recoge en el acuerdo marco firmado hace un año en Madrid entre la dirección de la empresa y los sindicatos. Los anuncios han levantado ampollas en muchos talleres. En el tren de chapa, hay convocado un paro de cuatro horas para hoy, entre las doce del medio día y las cuatro de la tarde, mientras que en el de decapado habrá una asamblea el próximo día 5 de abril para decidir si habrá movilizaciones.

José Manuel Arias aseguró a los sindicatos que la mejora de la productividad es la única forma de garantizar el futuro de las factorías. Su palabras llegan unas semanas después de que la multinacional presentara una oferta de 1.600 millones por la gigantesca planta de Ilva en Tarento, el mayor complejo siderúrgico de Europa.

El método que se usa en Arcelor para medir la productividad es la equivalencia entre las toneladas de bobina caliente que se fabrican y el número de trabajadores. En Asturias la producción es de 920 toneladas por año y persona, cuando el objetivo marcado por la empresa es llegar a las 1.400, una meta que la siderúrgica quiere alcanzar en el año 2020. La media del resto de plantas europeas del grupo está en torno a las 1.200.

Por ahora, el mayor ajuste que propone la empresa afectaría al personal de los hornos altos. En concreto, la multinacional plantea eliminar 17 puestos en esta instalación después de introducir algunas mejoras tecnológicas para automatizar procesos. Similar será el recorte en el taller de cilindros, con la peculiaridad de que en esta instalación ya hay un pacto entre los sindicatos -excepto CC OO que tras someterlo a asamblea rechazó el acuerdo- y la empresa, para recortar catorce puestos, y tras invertir unos diez millones de euros para mejorar la maquinaria. En el tren de chapa se amortizarán cinco, en el de decapado otros tantos, y para los próximos días ya está programada una reunión para evaluar el ajuste en la acería de Avilés.

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