"Lo peor de los efectos de la crisis aún no ha llegado a la ciencia". La advertencia la hizo este miércoles el divulgador científico y bioquímico de formación Pere Estupinyà durante una conferencia organizada en Oviedo por la Cámara de Comercio ovetense, el Club de Calidad y la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) para poner de relieve los retos tecnológicos a los que se enfrentan las empresas. "Cuando recortas unas líneas de financiación aún se tardan unos años en notar los efectos sobre las publicaciones científicas, y es posible que dentro de poco empecemos a ver una bajada en la productividad científica", aseguró.

Aún así, los cambios tecnológicos que se avecinan son imparables. Aunque Estupinyà alertó de que entre la población aún hay una cierta "aversión al riesgo y al cambio". "Adaptarnos a lo nuevo nos cuesta, sobre todo cuando estamos bien", reflexionó.

El científico sostiene que se está dando un salto sustancial en la inteligencia artificial unida a la robótica, como en el futuro que pintaba en sus novelas Isaac Asimov. "Hasta hace poco parecía que solo se estaban dando pequeños pasos, pero ahora ya hay un salto grande", señaló. Aunque Estupinyà alerta que en determinados avances tecnológicos que se venden a bombo y platillo hay "cierta exageración". Y puso varios ejemplos: "¿Quién usa la realidad virtual? ¿Quién tiene las Google glass, que se nos vendían como que lo iban a cambiar todo? Y lo mismo pasa con el coche autónomo que nos dicen que va a venir y que en 2020 ya estará por las carreteras, pero yo aún tengo ganas de ver uno de verdad".

En la conferencia también participó Jaime García Cantero, director de "El País creativo" y la periodista de RNE, Paula Aller.