Grecia y las instituciones internacionales acreedoras del país (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el Mecanismo Europeo de Estabilidad y el Fondo Monetario Internacional) acercaron ayer posiciones y alcanzaron un acuerdo sobre el nuevo paquete de reformas que el país heleno se compromete a aplicar entre 2019 y 2020 (al término del tercer rescate), con ajustes adicionales equivalentes al 2% del PIB del país: 1% en pensiones en 2019 y 1% en el impuesto sobre la renta en 2020. A cambio, Atenas podrá aplicar medidas de estímulo y políticas sociales si mejora su disciplina fiscal.

Este entendimiento desbloquea una negociación muy compleja (por las posiciones divergentes entre los acreedores del país, y entre éstos y Atenas) y que debería permitir el desembolso de un nuevo tramo de 6.100 millones del tercer rescate de país (pactado en 2015) para que el Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras evite el impago soberano en julio. Atenas tendrá que hacer frente entonces a vencimientos de deuda por 7.500 millones.

Tras el principio de acuerdo de ayer en La Valeta (Malta) entre el Eurogrupo y Grecia, al que dio su plácet el FMI, las partes deben avanzar ahora en tres líneas paralelas: cerrar los aspectos técnicos de los recortes y reformas que deberá hacer Atenas cuando acabe el tercer rescate (2015-2018), para lo que volverá a Atenas la misión internacional de supervisión; discutir la intensidad y plazo del superávit primario (antes del coste de la deuda) que se le exige, y abordar un alivio a medio plazo de la deuda helena, como reclama el FMI para incorporarse al pacto. El FMI cree que el actual endeudamiento griego es impagable y que en este supuesto no puede seguir arriesgando recursos de sus países miembros. El alivio de la deuda (que Berlín podría posponer a las elecciones federales de septiembre para no favorecer al partido ultraderechista AFD) exige como contrapartida más esfuerzos a Grecia para reconducir su difícil situación fiscal. "La situación en Grecia no está mejorando", admitió el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.