Los ayuntamientos asturianos están elevando sus ingresos por el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) en parte gracias al llamado proceso de "regularización catastral", la macroinspección llevada a cabo por el Catastro para localizar inmuebles o partes de ellos que no están declarados a efectos del pago del tributo. Entre esas construcciones hay centenares de piscinas privadas, principalmente ubicadas en los concejos de la costa, donde son más frecuentes las viviendas de segunda residencia.
El procedimiento de regularización catastral se inició en 2012 en toda España, con el propósito de combatir el fraude y de elevar las recaudaciones de aquellos impuestos cuyas bases imponibles se calculan a partir esos valores, en especial el IBI. La Dirección General del Catastro, dependiente del Ministerio de Hacienda, acaba de divulgar los resultados correspondientes a los 31 concejos asturianos donde primero se desarrollaron los trabajos, consistentes en el uso de imágenes aéreas (tomadas por satélite y drones, entre otras tecnologías) y en inspecciones sobre el terreno para identificar nuevas construcciones, ampliaciones de otras existentes o cambios de uso que no hubieran sido declaradas por los contribuyentes. En el conjunto de esos 31 municipios se localizaron y regularizaron, como ya explicó este diario, más de 22.000 inmuebles repartidos así por tipologías: el 48,8% fueron nuevas construcciones; el 28,3%, ampliaciones y rehabilitaciones; el 20,3%, reformas y cambios de uso, y el 2,6% restante, piscinas.
De acuerdo con ese último dato, las piscinas no declaradas a efecto del pago del IBI y descubiertas por el Catastro fueron 586, aunque con seguridad serán muchas más cuando se complete el procedimiento en los municipios donde aún permanece abierto, entre ellos Oviedo, Gijón, Avilés y varios de la costa donde son habituales las viviendas turísticas con piscinas.
La información por ahora conocida muestra un alto grado de concentración de esas construcciones no declaradas en municipios del litoral. En la lista provisional del Catastro, el concejo con más piscinas que estaban en situación fiscalmente irregular es por ahora Cudillero, con 129 instalaciones regularizas, seguido de Villaviciosa (100) y Castrillón (98). Esto es, esos tres ayuntamientos reúnen el 56% de las piletas localizadas por el Fisco. También destacan los números de Ribadesella, con 39 piscinas. Fuera de la costa, las inspecciones dieron con 72 casos de este tipo de estanques en Siero.
A falta de que se conozcan con detalle los resultados de la regularización catastral en el resto de los principales concejos asturianos, Siero encabeza por el momento la lista de edificaciones u otras situaciones anómalas de las que el Catastro carecía de información. Las inspecciones se saldaron en territorio sierense con la identificación de 5.012 inmuebles por los que sus propietarios no tributaban IBI. Más del 80% de esos casos corresponden a nuevas construcciones. El resto de zonas donde se supera el millar de inmuebles regularizados son Villaviciosa (2.440), Llanera (1.666), Valdés (1.429), Castrillón (1.322), Pravia (1.110) y Navia (1.019).
La regularización obliga a los propietarios a pagar una tasa de 60 euros por cada de uno de los inmuebles, ampliaciones o mejoras no declaradas y a abonar el IBI correspondiente a los recibos no prescritos. El procedimiento está anclado en un precepto legal generalmente desconocido por los contribuyentes: la obligación de comunicar al Catrastro cualquier reforma, añadido o cambio de uso de un inmueble que pueda modificar su valor y, con ello, la base imponible sobre la que se calcula el IBI, aunque también tributos como el de sucesiones (en caso de bienes transmitidos en herencia), el impuesto sobre transmisiones patrimoniales (compraventas de viviendas de segunda mano), el gravamen sobre plusvalías el suelo que liquidan los ayuntamientos o el cálculo de las ganancias patrimoniales para el IRPF.
La regularización catastral se desarrolla este año, a petición de los ayuntamientos, en 28 municipios asturianos. La relación incluye, además de Oviedo, Gijón y Avilés, a Mieres, Langreo, Carreño, Cangas del Narcea, Tineo y Lena.
