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La mejora de la salud y la seguridad en el trabajo

El Principado vigilará el estrés de los empleados de las empresas más grandes

El nuevo plan regional de seguridad en el trabajo incluye medidas para identificar conductas de acoso laboral en compañías de más de cien personas

El Principado vigilará el estrés de los empleados de las empresas más grandes

El estrés laboral puede desencadenar largas bajas para los trabajadores que lo sufren y un deterioro en la productividad de las empresas. Esas son algunas de las razones que han empujado al Principado, a través del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, a poner en marcha un programa de vigilancia y asesoramiento para tratar de prevenir las conductas que pueden desencadenar este tipo de problemas u otros de calado psicológico. Lo hará instando a las compañías regionales que superen los cien empleados a que elaboren informes para identificar las prácticas que pueden provocar este tipo de patologías entre su plantilla, y asesorando a la dirección y a los comités de empresa sobre cómo ponerles coto.

Esas medidas están incluida dentro del nuevo plan de Salud y Seguridad Laboral consensuado entre el Gobierno regional, los sindicatos CC OO y UGT y la patronal FADE, documento que fue aprobado hace unos días y que estará vigente hasta 2020. Este tipo de problemas, según explica el jefe del área de Ergonomía y Psicosociología del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, Tomás, Sancho, "no son tan tangibles" como puedan ser otros relacionados con la seguridad en el puesto de trabajo, por eso suelen ser más difíciles de detectar. En concreto, en plan regional se especifica que se va a llevar a cabo una evaluación del riesgo psicosocial de las empresas asturianas con el objetivo de identificar algunas condiciones laborales que pueden desencadenar situaciones de estrés o generar problemas de acoso entre compañeros. Será la primera vez que el Principado ponga en marcha una actuación similar.

La vía más común para caer en este tipo de problemas es una mala organización del trabajo, sostiene Sancho. Es habitual que los empleados que acaban sufriendo unos niveles más altos de estrés sean aquellos que tienen los peores horarios laborales, turnos mal organizados, excesivas jornadas nocturnas, gran carga de trabajo o que padecen un mal estilo de mando, con órdenes contradictorias o problemas de comunicación con sus superiores. Todo esto puede desencadenar lo que se ha denominado como riesgos psicosociales, que pueden hacer una importante mella sobre la salud de los trabajadores y, a su vez, provocar que éste ponga menos atención en su tarea y, consecuente, que, dependiendo del tipo de trabajo, pueda tener mayores posibilidades de sufrir un accidente.

Hay profesiones que tienen unas mayores posibilidades que otras de general estrés laboral, o lo técnicamente se conoce como el "síndrome de burnout" o también "síndrome de estar quemado por el trabajo". Es el caso, señalan desde el organismo regional de prevención, de los teleoperadores, una ocupación con bastante arraigo en el Principado. Estos trabajadores son a menudo los que tienen que dar la cara frente a clientes enfadados. También ocurre con frecuencia entre los profesores, especialmente entre aquellos que dan clases de educación secundaria o en los cursos previos a la Universidad. Los expertos consideran que tener estrés laboral no es, de por sí, perjudicial. Todo lo contrario, ya que en ocasiones puede ser necesario. El problema es cuando se convierte en continuado y pasa a ser patológico y comienza a afectar a la salud del trabajador que lo sufre.

En virtud de este nuevo plan regional de salud y seguridad laboral, las mayores compañías de la región tendrán que elaborar informes para prevenir y anticipar cualquier tipo de riesgo psicosocial que se pueda dar en la organización. También deberán proponer las medidas que sean necesarias para tratar de evitarlos. Serán unos documentos muy similares a los que ya se realizan para identificar los peligros que pueden desencadenar un accidente laboral. Sancho asegura que en las empresas asturianas son más habituales de lo que parece los casos de acoso. "Es raro que no tengamos algún expediente sobre ese asunto sobre la mesa", apunta.

Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud, un organismo que depende de la UE, este tipo de riesgos psicosociales pueden traducirse en un mal rendimiento global de la empresa, pueden incrementar los niveles de absentismo y de "presentismo" (trabajadores que van a trabajar estando enfermos pero que no rinden con eficacia), y elevar los índices de accidentes. A causa de estos problemas, las bajas suelen ser más prolongadas y el estrés relacionado con el trabajo puede incrementar las tasas de jubilación anticipada. "Los costes que acarrea a las empresas y a la sociedad son cuantiosos", señala esta entidad. Según sus cuentas cerca de la mitad de los trabajadores europeos padece algo de estrés laboral. Leve en la mayoría de los casos.

El nuevo programa de prevención asturiano incluye, además, algunas medidas para fomentar la cultura preventiva desde la escuela, propone impulsar la formación de los autónomos en esta materia, pone el ojo sobre las compañías de gestión de residuos y promete elaborar un plan para el manejo y uso de plataformas elevadoras, orientado a evitar accidentes.

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