El consorcio automovilístico alemán Volkswagen ha sido condenado ayer en Estados Unidos a tres años de "libertad condicional organizativa" (pena consistente en una supervisión por parte de la Administración durante tres años) y al pago de una multa de 2.800 millones de dólares (2.641 millones de euros al cambio actual) por el caso del diésel.

Durante la audiencia mantenida ayer en el Tribunal Federal de Detroit (Michigan), el juez Sean Cox señaló que no habrá restitución a las presuntas víctimas de este caso y aseguró que este caso es "muy serio y preocupante" que involucra a una compañía automovilística "icónica".

"Éste es un caso de fraude masivo y deliberado", explicó Cox, que aprobó el acuerdo por importe de 4.300 millones de dólares (4.056 millones de euros al cambio actual) anunciado durante el pasado mes de enero que incluía la declaración de culpabilidad por parte de la compañía de tres cargos por delitos graves.

Durante la audiencia judicial, un fiscal federal confirmó que el Gobierno de Estados Unidos tiene intención de nombrar al ex vicesecretario general del país Larry Thompson como supervisor independiente del "caso Volkswagen".

Thompson tendrá una doble responsabilidad: en primer lugar, la evaluación, supervisión y monitorización del cumplimiento de la firma de los acuerdos en dicho período, al tiempo que también se encargará de certificar que el programa implementado por Volkswagen es capaz de detectar casos similares al del software y de evitar que vuelva a suceder.

En marzo, la empresa ya se declaró culpable de tres cargos por delitos de fraude, obstrucción a la justicia y falsificación de documentos, después de admitir haber instalado el software ilegal en 580.000 vehículos en Estados Unidos.