La fiscalía de Stuttgart registró ayer varias dependencias del consorcio automovilístico Daimler en el curso de las investigaciones de la justicia por el presunto trucaje de los motores diésel. A su vez, el Departamento de Justicia de EE UU pasa a la acción contra el fabricante de coches Fiat Chrysler, al formalizar una demanda en la que acusa a la multinacional de haber instalado sin autorización un programa que permitía falsear las pruebas de emisiones en algunos modelos diésel.