Los tres comisarios designados por el Gobierno de Italia para tomar una decisión sobre la venta de la planta de Ilva en Tarento (en el sur de Italia), el mayor complejo industrial de Europa, eligieron como ganadora la propuesta de Arcelor-Mittal por unanimidad y debido, según recogen diferentes medios italianos, a su compromiso por mantener el empleo en la instalación. Aunque no fue el único motivo de peso para que la propuesta de Lakshmi Mittal se impusiera a la de su competidor, el grupo Jindal. También los tres representantes del Ejecutivo transalpino (Enrico Laghi, Piero Gnudi y Corrado Carrubba) resaltaron la promesa de la familia Mittal de invertir más de 1.100 millones de euros para corregir los graves problemas medioambientales que tiene esta industria y que se han convertido en un asunto capital en la zona.

Arcelor va de la mano en la compra con la familia Marcegaglia, dentro de un consorcio que han bautizado como Am Investco. En esta alianza, destacaron algunas fuentes, es la que puede escudarse para evitar que la Unión Europea (UE) le obligue a hacer desinversiones tras la adquisición de Ilva por tener una excesiva cuota de mercado en Europa. Fuentes sindicales explicaron que con la producción actual que tiene la planta italiana (unos cuatro millones de toneladas) no habría problema con Bruselas. Otra cosa es alcanzar, a medio plazo, los 9,5 millones como pretende Mittal, entonces la UE sí que podría poner reparos.