Tomás García Blanco es director ejecutivo de Repsol para Europa, África y Brasil. Un territorio muy amplio. Ovetense de nacimiento. fue directivo de la compañía en Argentina cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner decidió expropiar YPF. Fue un mal trago. Recientemente participó en un curso de la Escuela de Ingenieros de Minas en Oviedo sobre el futuro del gas no convencional.

- ¿Qué es y dónde se encuentra el gas no convencional?

-Es gas que se encuentra en las rocas (arcillas) que han generado los hidrocarburos que hemos consumido históricamente. Todo el gas que se encuentra en los yacimientos convencionales proviene de esas rocas llamadas generadoras que contienen la materia orgánica que, debido a condiciones de presión y temperatura, evoluciona a gas, petróleo o carbón a lo largo de millones de años. Y ha migrado durante millones de años debido a la baja permeabilidad. Hoy en día se puede producir económicamente el gas existente en esas arcillas debido al desarrollo tecnológico de los pozos horizontales y las fracturas hidráulicas que crean la capacidad de fluir del gas.

- ¿Tiene futuro la fractura hidráulica ("fracking")?

-Es una realidad hoy por hoy. Estados Unidos avanza hacia su independencia energética gracias a la aplicación de esta tecnología. Hoy más de la mitad del gas y del petróleo que se produce en Estados Unidos proviene de esta tecnología.

- Pero es un procedimiento que genera mucho rechazo social ¿A qué cree que se debe?

-El rechazo se produce fundamentalmente en Europa y se explica diciendo a qué se debe el éxito en Estados Unidos, donde el dueño del terreno en superficie es propietario también de los recursos en el subsuelo y es el primer interesado en su desarrollo. En Estados Unidos miles de propietarios se han beneficiado de este desarrollo. En Europa, el propietario de los recursos del subsuelo es el Estado.

- ¿Asturias tendría posibilidades de explotar hidrocarburos con esta técnica?

-Se está analizando un proyecto piloto con el carbón en Hunosa, pero está muy limitado por la falta del recurso. Podrían generarse limitados volúmenes aplicables a minigeneración eléctrica. Pero está en fase de evaluación.

- España importa casi todo el gas y el petróleo que consume, ¿existen recursos por explotar que pudieran revertir esta situación?

-Desafortunadamente, no percibo esa posibilidad. Todo el esfuerzo exploratorio realizado en nuestro país durante décadas ha dado limitados resultados, con volúmenes pequeños. En todo caso, es muy difícil predecir el futuro.

- La explotación de recursos allí donde los hay se ha encontrado con dificultades muy serias, como ocurrió en Canarias hace ya unos años. ¿Son compatibles los negocios petroleros y los turísticos?

-Por supuesto, no solo con el turismo, sino con la pesca y otras actividades. Tenemos ejemplos en España muy claros. Llevamos produciendo desde hace 40 años en el yacimiento de Casablanca, en el Mediterráneo, a la vista desde la Costa Dorada, lugar turístico por excelencia. Y durante años se extrajo gas enfrente de Bermeo, en el yacimiento de Gaviota. Recordemos que al lado de Bermeo está Mundaka, cuyas olas son conocidas mundialmente en el mundo del surf, y la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Internacionalmente, podríamos nombrar muchos ejemplos adicionales. Si las cosas se hacen bien, la compatibilidad de generar energía para la sociedad apoyando el ocio y respetando el medio ambiente es evidente.

- Se quiere dar un impulso a las llamadas energías verdes. ¿Son la solución?

-El planeta crece y en nada seremos dos mil millones de personas más y vamos a necesitar más energía. Cada año crece la demanda energética porque más y más personas en países en vías de desarrollo acceden a la calidad de vida que la energía les proporciona. Las energías renovables tienen su ámbito de aplicación y contribuyen, junto con el gas, el petróleo, el carbón, la hídrica y la nuclear, a garantizar esto. Pero salvo que se dé un salto tecnológico, vamos a tener muchas más décadas de energía proporcionada por combustibles fósiles. No olvidemos que la generación eléctrica se produce mayoritariamente en las centrales térmicas de carbón o gas, y esto no parece que pueda cambiar a medio plazo.

- ¿Está España en posición de reducir a corto plazo su dependencia energética exterior?

-Ya la hemos reducido con la aplicación de energías renovables. Casi el 20% de nuestra energía es renovable. Esto ha tenido un costo que se refleja en la factura de la luz que pagamos. Somos un país puntero en generación fotovoltaica y eólica.

- ¿Qué papel puede jugar el carbón en el futuro?

-El carbón es el combustible que más emisiones de CO2 genera y la tendencia mundial es a una progresiva sustitución de su uso por el gas, pero esto tomará aún décadas y seguiremos viendo centrales de generación eléctrica con carbón. Está claro que el mundo está limitando el uso del carbón en ciudades. Recordemos Oviedo hace 30 años. Yo recuerdo alimentar la caldera de calefacción de casa con carbón. Hoy su uso está erradicado prácticamente de las ciudades por el efecto contaminante. Esto no sucede aún en el resto del mundo, pero sucederá.

- ¿Qué opina de la apuesta por el coche eléctrico?

-Es una apuesta clara para las grandes ciudades que se instalará progresivamente, pero que hoy por hoy tiene números muy bajos. Calculemos que en España tenemos un parque de cerca de 30 millones de vehículos y que se venden del orden de un millón de vehículos al año. Esto significa que si a partir del próximo año todos los vehículos que se vendieran fueran eléctricos, necesitaríamos 30 años para renovar el parque automotor del país.

- ¿Vamos hacia un mundo sin energías fósiles?

-La calidad de vida de la sociedad ha mejorado exponencialmente en los últimos cien años. Nuestra esperanza de vida se ha duplicado y vivimos mejor. Los avances en la medicina, en comunicación digital y, como no, la energía que permite que vivamos con calefacción en invierno, aire acondicionado en verano, agua caliente en casa, movilidad en coches, aviones y barcos... Esta energía se sustenta en los combustibles fósiles y seguirá así por varias décadas. Incluso la migración a un nuevo desarrollo tecnológico que proporcione una nueva fuente de energía tomará décadas en su implementación.

- Usted estuvo en Argentina durante el descubrimiento del gran yacimiento de Vaca Muerta ¿Cómo fue aquel hallazgo?

-Tuve el privilegio de participar en varios descubrimientos en Latinoamérica (Argentina, Bolivia y Brasil) y de liderar los equipos que los realizaron y, en todos los casos, son fruto de una idea y de un trabajo en equipo. Estos equipos son internacionales y multidisciplinares, con diferentes tipos de aptitudes, desde la cartesiana hasta la innovadora y creativa. En el caso concreto de Vaca Muerta, el equipo estaba formado por personas de al menos cinco nacionalidades. La idea surgió en 2008, durante dos años estuvimos adquiriendo dominio minero pensando en la rama positiva del proyecto. El primer pozo lo hicimos en 2010 y la confirmación, en 2011, con pozos adicionales iniciando la fase de desarrollo piloto. En nuestra actividad apostamos a descubrir con probabilidades de éxito del 20%, es decir, de cada cien pozos que hacemos, solo esperamos descubrir en veinte. Y desde luego, descubrir megayacimientos hoy en día es una suerte que no todos en esta industria han tenido.

- ¿Y la posterior expropiación de YPF?

- Alguien me dijo una vez con el descubrimiento de Vaca Muerta que el éxito tiene muchas caras. En aquel momento, el gobierno argentino vigente decidió apropiarse de aquel descubrimiento. Fue desagradable ver que los mismos que te alababan en aquel gobierno fueron los que ejecutaron la confiscación. El día que salí del país varios políticos se despidieron de mi agradeciéndome lo que había hecho por el país. En todo caso Argentina para Repsol es agua pasada.