La fórmula para obtener un pavimento más resistente y duradero, entorno a un 30% más que el convencional, solo consta de dos ingredientes. Un betún especial, modificado a base de nanotecnología, y la mezcla exacta de áridos. Sin pasarse ni quedarse corto. Con las proporciones ha dado la compañía asturiana Pavitek, que ya busca nuevas fórmulas para, por ejemplo, poder echar unas capas mucho más delgadas de asfalto que, al mismo tiempo, sean más duraderas, más resistentes al paso del tiempo y al tránsito de los coches. "Tenemos que intentar diferenciarnos", asegura el director de la compañía, Alberto Fernández. La competencia es feroz.
La empresa asturiana, asentada en el polígono de Sariego, nació en plena crisis (se fundó en 2010) y ha conseguido crecer durante estos últimos años pese al tremendo desplome de las licitaciones de obra pública por parte de las administraciones, su principal fuente de trabajo. "Aún así tenemos cada día dos equipos de asfaltado trabajando por las carreteras asturianas", presume Fernández.
Para innovar con el asfalto fue imprescindible la participación de la compañía Ditecpsa, una filial del gigante Ferrovial, que es la que le proporciona el betún a la firma asturiana. "Ellos se pusieron en contacto con nosotros porque estaban buscando una máquina con un rodillo que monitorizara la compactación del asfalto en tiempo real", explica Fernández. Pavitek era una de las pocas empresas en España que la tenía. Se trata de una apisonadora especial, mucho más cara que las convencionales y que va midiendo cómo queda el asfalto sobre el terreno de forma constante.
"Ditecpsa quería confirmar que con este betún la compactación se alcanzaba antes", señala Fernández. Y lo consiguieron. "Buscaron por España cuántas de estas máquinas capaces de controlar el proceso había y resulta que sólo eran dos, la nuestra y otra", explica el director de Pavitek, que añade que tuvieron que formar a su personal para poder interpretar los gráficos de su apisonadora. Fue el inicio de una estrecha colaboración.
Una de las propiedades de su asfalto es que, gracias al efecto del betún, es más resistente a los efectos del agua y de la sal. Dos elementos que suelen dañar mucho al pavimento. "Eso lo hace un material muy apropiado para aplicar en Asturias por las condiciones meteorológicas", resalta Fernández. El betún especial que les proporciona Ditecpsa usa unos nanomateriales que se unen mejor a los áridos y los hacen más resistentes. "Se consigue que compacte antes, que el agua no le afecte tanto como al tradicional. Los beneficios son múltiples", señala el director de la compañía. El material ya está siendo utilizado en algunas carreteras asturianas, en las que Pavitek está renovando el pavimento. Generalmente, el asfalto tiene una vida media de unos siete u ocho años, pero con esta nueva mezcla se consigue alargar esa esperanza mucho más allá.
Pavitek ha pegado un fuerte estirón durante los últimos años, pese a los golpes de la crisis, y tiene ya a más de una treintena de trabajadores en plantilla. Tanto han crecido que sus buenos resultados les han permitido comprar recientemente una cantera de piedra caliza en Grado, que cuenta con unas reservas aproximadas de nueve millones de toneladas de mineral. "Casi todo el árido que se usa en estos procesos es calizo y el resto es sílice y así, teniendo nuestra propia cantera, podemos reducir los costes", explica el empresario.
Ahora la licitación pública va recuperándose poco a poco, aunque, señala Fernández, necesita un empujón más. Aunque su actividad está centrada en Asturias, también han hecho algún que otro trabajo en León o en Cantabria, el problema es que la mezcla no puede enfriarse en exceso porque si ocurre eso sería imposible aplicarla.
Además, en Pavitek continúan pensando en cómo mejorar. Ahora el empresario tienen entre ceja y ceja el desarrollo un nuevo tipo de pavimento, que sea mucho más fino. Aún están haciendo pruebas y esperan tenerlo listo para el año que viene.
