El Banco Popular, el sexto mayor de España, prosiguió ayer su tortuosa trayectoria bursátil con una caída adicional del 6,21%, que, aunque más suave que las de días precedentes, supuso que la entidad liderara una jornada más los descensos en el índice selectivo Ibex 35 y que en el mercado continuo sólo fuese rebasado por OHL, que cedió el 6,78%.

El Santander está analizando la posibilidad de realizar una ampliación de capital por 5.000 millones para lanzar una eventual oferta de adquisición sobre el Popular, adelantó ayer Bloomberg, aunque no es una decisión definitiva, según fuentes financieras. Algunos medios señalaron que la oferta podría materializarse en fecha próxima.

Tras la depreciación de ayer (que llegó a acumular un descenso del 11,24% en el peor momento de la jornada), la acción del banco se situó en 0,317 euros, con lo que el Popular apenas vale 1.330,4 millones, la mitad que hace una semana. Hace un decenio llegó a valer 20.000 millones.

Las agencias de calificación de riesgos Moody's (por segunda vez desde abril) y DBRS rebajaron los "rating" del banco y los dejaron en perspectiva negativa.

Todo esto suma zozobras a un mercado muy nervioso sobre el futuro del que en los años 80 y 90 llegó a ser uno de los bancos más rentables del mundo. La alta dirección de la entidad mantuvo ayer una reunión (en principio, ordinaria) con responsables del Banco Central Europeo que no fue confirmada por las partes y de la que nada trascendió.

El Popular sigue barajando las opciones de otra macroampliación de capital (ya hizo tres por 5.455 millones), la venta de activos (se depreció del 51% en Targobank y, según Europa Press, ha encomendado a KPMG que le venda inmuebles por 2.000 millones) y dejarse engullir por un competidor. Las alternativas serían la "recapitalización preventiva" europea (como acaba de hacerse con Banca Monte dei Paschi di Siena) o ser intervenido.