Las centrales térmicas de carbón de Asturias están preparadas para seguir generando electricidad con normalidad tras el programado fin de la minería nacional a finales de 2018. Fuentes de EDP-HC y Gas Natural Fenosa, las dos compañías que tienen en el Principado grupos termoeléctricos que queman mineral autóctono, señalaron que sus instalaciones ya están adaptadas para sustituir carbón nacional por importado.
Desde la patronal Carbunión, que agrupa a las empresas mineras españolas, se argumentaba para defender la continuidad de las explotaciones de carbón que su desaparición obligaría a las compañías eléctricas a realizar inversiones millonarias para adaptar las calderas de las centrales térmicas a las características del mineral importando y que pondría en peligro la continuidad de las instalaciones y con ello la seguridad del suministro eléctrico en España.
Sin embargo, en Asturias el fin de la minería nacional subvencionada, programado por orden de la Unión Europea para el 31 de diciembre de 2018, apenas tendrá efectos sobre las centrales térmicas que queman carbón.
Sólo dos centrales térmicas asturianas consumen mineral nacional. Son las de Narcea, propiedad de Gas Natural Fenosa, y Soto de Ribera, propiedad de EDP-HC. La otras dos centrales de la región consumen carbón importando. En el caso de la Aboño, también de EDP-HC, utiliza distintos combustibles pero la proporción de mineral autóctono ha sido simbólica en los últimos años, y en el caso de la de Lada, propiedad de Iberdrola, usa exclusivamente carbón de importación tras las reformas realizadas en la central en la década pasada. Las de Narcea y Soto de Ribera están prácticamente preparadas para hacerlo también cuando sea necesario y sin necesidad de inversiones adicionales.
"La central de Narcea estaba diseñada originalmente para el uso de los carbones de la cuenca minera del Narcea, si bien a lo largo de los años ha ido adaptándose, ampliando el rango de carbones que puede utilizar", señalaron fuentes de Gas Natural Fenosa, que añadieron que por esa paulatina adaptación "el cierre de la minería de carbón nacional no afectará de manera relevante al funcionamiento de la instalación, la cual no requiere de inversiones significativas para el uso del carbón importado".
Tampoco las requiere la central de Soto de Ribera, que consume una pequeña parte (el 6% en 2016) de carbón nacional, principalmente de la compañía estatal Hunosa, con una producción decreciente, y de la Hullera Vasco-Leonesa, que ha dejado de extraer mineral. Ante el cierre de la minería no rentable en 2018, desde EDP se prevé sustituir ese mineral por carbón de importación. "No serán necesarios ajustes en las calderas, basta con que consuman hulla de unas características similares que se puede encontrar en el mercado internacional", señaló Javier Sáenz de Jubera, consejero director general corporativo y comercial de EDP, durante la presentación de los resultados de la compañía eléctrica en 2016.
A partir de 2019 es probable que todas las centrales termoeléctricas de carbón de Asturias consuman sólo mineral de importación pero lo que no está claro es si todas seguirán funcionando más allá de 2020. EDP-HC e Iberdrola han invertido en sus plantas asturianas para cumplir la nueva normativa europea que obliga a reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno, mientras que Gas Natural Fenosa aún no ha tomado una decisión sobre su central. El futuro de las térmica de Narcea, ubicada en Soto de la Barca (Tineo), está en el aire.
Las reformas para cumplir con la normativa ambiental, que obligaron a parar las plantas de Lada, Aboño y Soto de Ribera durante meses, explican en parte la caída del 38,3% en la producción eléctrica de las térmicas asturianas durante 2016, según los datos de Red Eléctrica de España.
