El grupo danés A.P. Moller-Maersk ha sido uno de los más afectados por la infección del "Petya". Su actividad quedó completamente paralizada en muchos de los puertos en los que opera, incluido el de Barcelona, ya que era imposible tramitar los nuevos pedidos. Pero la terminal de contenedores de El Musel, de la que la compañía nórdica tiene la concesión, se libró por los pelos. Según explicaron fuentes del grupo la compañía está cambiando a un nuevo servidor, que fue el que cayó en las garras de "Petya". Pero se da la circunstancia de que los ordenadores que la multinacional tiene en Asturias aún no habían iniciado esa migración por lo que lograron salvarse de la infección. Lo mismo les ocurrió en Castellón, por ejemplo, donde aún no habían pasado al nuevo sistema.

En cambio, la compañía aseguró que en el puerto de Barcelona su actividad estaba totalmente paralizada por culpa del virus. El director comercial de Maersk, Vicent Clerc, aseguró que estaban trabajado en un plan con expertos y agencias internacionales para intentar recuperar la información perdida.