El pacto entre los grandes fabricantes de camiones europeos dio lugar a la mayor multa que hasta ahora haya impuesto la Comisión Europea y que ascendió a 3.000 millones de euros. La investigación se remonta a hace seis años, a 2011, cuando la compañía MAN le chivó a Bruselas la existencia de estas prácticas y reclamó adherirse al denominado "Pacto de clemencia". Gracias a ésto fue eximida de tener que pagar la sanción. Un caso especial es el del fabricante Scania que, aunque formaba parte del cártel, no ha reconocido su participación en el pacto de los precios y está pendiente de una investigación que ha abierto la propia Comisión.

Según algunas estimaciones, los 200.000 afectados que se calcula que hay en España podrían llegar a recuperar unos 2.500 millones de euros que habrían pagado de más en su momento. Lo que no se recuperará serán las cantidades que se habían abonado en materia de impuestos, como el IVA.