Arcelor-Mittal no teme que las autoridades de Competencia de la Unión Europea (UE) le impongan desinversiones tras la compra de las factorías de Ilva en Italia. Según destacaron ayer responsables de la multinacional durante la reunión del comité europeo, Arcelor-Mittal no superará los límites de dominio de mercado. No obstante, evitaron dar detalles del impacto que tendrá la compra de Ilva en la producción, empleo e inversiones en el resto de plantas europeas. Eso sí, garantizaron que el plan de mejoras en las fábricas asturianas seguirá adelante, con la ampliación del tren de carril y la reconstrucción de las baterías de coque de Gijón.

La reunión del comité europeo, celebrada en Luxemburgo, se convirtió en un monográfico sobre la compra de Ilva por parte de Arcelor-Mittal y su socio local Marcegaglia. Los sindicatos querían conocer los efectos que tendrá la operación en el resto del plantas del grupo, pero obtuvieron pocas respuestas porque desde la dirección señalaron que aún están evaluando el impacto. "No obstante aseveraron que con la compra de Ilva no se alcanza una posición de dominio en el mercado y que por tanto no temen que la autoridades de Competencia obliguen a la compañía a realizar desinversiones en Europa", señaló Alberto Villalta, representante de UGT en el comité europeo.

Los sindicatos siguen preocupados porque no tienen claros los criterios que utilizará la UE para medir la posición de dominio del nuevo conglomerado siderúrgico, si se tendrá en cuenta el impacto global, por territorios, por productos... y si se considerará a Am Investco -sociedad formada por Arcelor-Mittal Italy Holding (51%), Arcelor-Mittal (34%) y Marcegaglia Carbon Steel (15%) para comprar Ilva- como una sociedad independiente o integrada en la estructura de Arcelor-Mittal.

Lo que sí confirmaron desde la dirección de Arcelor es que el plan de mejoras en las instalaciones de Asturias sigue adelante con la ampliación del tren de carril y la reconstrucción de las baterías de coque de Gijón. Lo que aún está en el aire es la segunda fase de la modernización de la acería de Avilés.