El directivo de Volkswagen Oliver Schmidt, detenido por el FBI estadounidense por su vinculación con el caso del trucaje de las emisiones ("dieselgate"), se ha declarado culpable en el Tribunal del Distrito de Detroit. A través de un acuerdo de declaración de culpabilidad, Schmidt se enfrenta a siete años de prisión y a una multa de hasta 400.000 dólares.