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Alarma en Asturias por la proliferación de fraudes en la venta de luz puerta a puerta

Las estafas se multiplican en Avilés, Mieres, Siero, Llanes y Noreña | Los consumidores piden al Principado que prohíba estas prácticas

Alarma en Asturias por la proliferación de fraudes en la venta de luz puerta a puerta

Llaman al timbre de casa. Son dos comerciales que dicen representar a una compañía eléctrica. Suelen ser una pareja, con mucha labia, generalmente trajeados y con carpetas llenas de papeles. Piden ver el último recibo de la luz de la vivienda. Garantizan grandes descuentos a partir de la próxima factura si el cliente cambia de suministrador y si de primeras no se pasa por el aro tiran de amenazas. Pero cuando llega la hora de la verdad de lo prometido frente a la puerta del piso no hay nada de nada. Todo lo contrario, era un embuste, y lo más probable es que se acabe pagando más y contratando servicios que no se querían ni se necesitaban. Esta escena se está repitiendo con excesiva frecuencia durante las últimas semanas en Asturias. La alarma ha vuelto a saltar después de que este tipo de prácticas hayan salpicado varios puntos de la geografía regional. Se han detectado casos muy similares al descrito en bloques de viviendas de Avilés, Mieres, Noreña, Siero y Llanes. El público objetivo suele ser siempre el mismo: personas mayores que viven solas y a las que piden que tomen una decisión en pocos minutos, amenazándolas incluso con un posible corte de la luz si no firman, como ha ocurrido estos días en las Cuencas. Sin dejarles mucho tiempo para pensar.

Los casos se multiplican y la Unión de Consumidores de Asturias (UCE) ha pedido al Principado que se ponga serio y que corte de raíz la proliferación de estos comerciales prohibiendo directamente la venta puerta a puerta de cualquier tipo de producto. Espera una respuesta. Dacio Alonso, presidente de esta organización, sostiene que no sería la primera vez que se tomase una medida tan contundente. Asegura que ya se hizo algo parecido cuando comenzó a proliferar la venta directa de comida por las casas. En aquella ocasión se puso coto a esa práctica por motivos de salud pública.

Incluso, la UCE ha pedido a la Fiscalía asturiana que tome cartas en el asunto. Ya hay precedentes porque el Ministerio Público ha abierto una investigación en Pontevedra por la proliferación de este tipo de casos. También ha iniciado una recogida de firmas a través de internet para tratar de detener la actividad de estos comerciales. Llevan 632 rúbricas.

Normalmente, los comerciales que se encargan de estas ventas no trabajan directamente para la compañía eléctrica sino que lo hacen para una subcontrata. La inmensa mayoría tiene unos ingresos fijos muy bajos, pero unos incentivos muy elevados por cada contrato que consigan captar. Es decir, ganan más cuantos más clientes hagan a base de llamar timbre por timbre. De ahí que muchas veces usen cualquier tipo de estratagema. De eso depende su nómina.

La pugna entre las eléctricas por arrebatarse clientes las unas a las otras es encarnizada. Dacio Alonso explica que este tipo de casos se dan durante todo el año, pero hay momentos de picos en los que la actividad de los comerciales repunta. Como ocurre ahora.

El modo de operar es siempre el mismo. Insisten para que se les abra la puerta, y una vez dentro de la vivienda, tiran de labia para intentar conseguir las facturas o los números de cuenta con el objetivo de cambiar a los titulares de compañía. "No es un problema menor porque afecta a muchas personas que no saben interpretar su factura eléctrica. La transparencia en ese sector no existe, y de ahí vienen estos abusos", señala Alonso.

Uno de los problemas es que la mayoría de estas estafas suelen quedar impunes. Como si nunca hubieran ocurrido, porque las personas que las sufren no llegan a denunciarlas. Es por eso por lo que la Agencia de Consumo del Principado asegura que no tiene demasiadas quejas relativas a este asunto sobre la mesa. Aunque la directora de este organismo, Rosa Urdiales, señala que el hecho de que este tipo de casos no llegue a sus despachos tampoco quiere decir que no exista.

La propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha alertado de estas prácticas y ha llegado a abrir expediente a varias eléctricas por la conducta de sus comerciales, que en el lenguaje del gremio se les conoce como "fuerzas de venta". El organismo asegura que detrás del problema está que la mitad de los consumidores no sabe qué tipo de tarifa eléctrica tiene contratada y una proporción semejante tampoco entiende el recibo de la luz cuando le llega a casa. Este cóctel es perfecto para que las "fuerzas de venta" contraataquen.

El mensaje lanzado por la CNMC hace unas semanas es claro: "Esta comisión tiene constancia de la existencia de diversas prácticas engañosas a través de la utilización de dicho canal (el de los comerciales que van puerta a puerta), lo que ha ocasionado la apertura de varios expedientes sancionadores por prácticas abusivas de venta tendentes a la captación de clientes vulnerando el derecho de los consumidores a elegir suministrador".

Las organizaciones de consumidores denuncian que estos comerciales utilizan multitud de trucos sucios para forzar estos cambios de compañía. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha editado incluso una guía sobre "las mentiras" de las que tiran estos trabajadores. Entre ellas, destacan, por ejemplo, asegurar que la actual factura tiene errores o que la actual tarifa que el consumidor está pagando religiosamente va a desaparecer.

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