El carro de la compra vuelve a estar lleno a rebosar. Los asturianos fueron los que más gasto hicieron durante el año pasado en productos alimentación y bebidas en supermercados o tiendas especializadas, tras una fuerte subida. De las mayores del país, según un estudio que acaba de divulgar el Ministerio de Alimentación. La factura salió a 1.678,88 euros por cabeza, unos cien euros más que en 2015, y una cantidad muy similar a la que desembolsaban antes de que la crisis arreciara, provocando un brutal aumento del paro y un tremendo tijeretazo en los presupuestos familiares. Ahora, los nubarrones van retirándose y el consumo está subiendo con fuerza. Al menos dentro de casa.

El gasto de los asturianos es 150 euros superior a la media nacional, que alcanzó los 1.528 euros por persona al año. Y está muy por encima de los andaluces que son los que menos se rascan el bolsillo en el súper (1.295 euros). A los asturianos solo les hacen sombra los vascos (1.660) y los catalanes (1.622).

Pero en la cesta de la compra esa recuperación va por barrios. O mejor dicho, por productos. No todos están mejorando sus ventas por igual. Los asturianos consumieron durante el año pasado más fruta, pero también más platos preparados, más pan y más alcohol. En cambio, descendió, muy ligeramente, eso sí, la compra de carne y, de forma algo más acusada, la de pescado. Las cuentas del estudio no incluyen el gasto en alimentación fuera del hogar desglosado por comunidades autónomas, aunque sí que apunta que en el conjunto del país se aprecia un descenso "generalizado" de este desembolso.

En las siguientes líneas se resumen algunos de los principales resultados para Asturias del estudio elaborado por el Ministerio de Alimentación.

Carne. Los productos cárnicos se llevan la mayor parte del presupuesto de los asturianos en alimentación. El gasto alcanzó los 335,11 euros durante 2016 por cabeza, es, por muy poco, algo menos de lo que se desembolsó un año antes. Lo que más se compró fue carne de vacuno, de ternera o de pollo, aunque en todos los casos en menor cantidad que en 2015. Es de destacar, por ejemplo, que lo que sí que se incrementó fueron las ventas de fiambres y de chorizo. Pero el ascenso fue bastante contenido.

Pescado. Es de los productos que más espacio perdió en la cesta de la compra regional en 2016. Especialmente, en lo que se refiere a pescado fresco, que sumó un gastó medio de 85,81 euros, quince euros menos que en la comparativa interanual. Entre los pescados más consumidos hubo una cara y una cruz. La cara fue la merluza, que consiguió remontar sus ventas de un año para otro, mientras que en otro lado de la moneda se situó el atún, que sufrió una fuerte caída de ventas, como se ve en el gráfico que acompaña a estas líneas. Tampoco le fueron mucho mejor las cosas al marisco, cuyo gasto también retrocedió, pero el descalabro no fue tan intenso.

Lácteos y huevos. El consumo de huevos creció ligeramente, mientras que el de la leche se mantuvo más o menos estable de un año para otro. Pero, dentro de este apartado, cabe destacar el gasto que hicieron los asturianos en lo que se denominan derivados lácteos, mucho mayor en 2016 que durante 2015. En concreto, el consumo de yogures subió, de media, en unos cuatro euros por persona, mientras que el de quesos lo hizo en cinco euros.

Pan y bollería. Fueron otros de los productos cuyo consumo subió con cierta intensidad. Especialmente en lo que se refiere al gasto en pan, que se incrementó en unos ocho euros al año por asturiano, superando de esta forma los cien euros anuales. También aumentó, aunque no de forma tan espectacular, el consumo de bollería, de galletas o de chocolates. Del orden de dos euros por persona al año. Nada para tirar cohetes.

Fruta. Los asturianos gastaron en 2016 más dinero en comprar naranjas, plátanos, fresas, o kiwis. En líneas generales, la fruta ganó bastante peso en la cesta de la compra, y su gasto fue en aumento. De hecho, cada asturiano desembolsó 167 euros para comprar fruta. Son unos treinta más que un año antes.

Resto de alimentos. El ministerio de Alimentación también recoge un significativo aumento de lo que se denominan platos preparados. Dentro de esta clasificación se incluyen por ejemplo pizzas y tortillas congeladas o las latas de conservas. Productos cuya elaboración no lleva mucho tiempo. Sus ventas vienen creciendo con paso firme en los años en la región y alcanza ya los 46 euros anuales por asturiano, seis más que en 2015. Lo que se mantuvo más o menos estable fue la inversión de los asturianos en pastas y arroz.

Alcohol. Aunque el gasto de bebidas fuera del hogar, según las cuentas que maneja el ministerio de Alimentación, está descendiendo, dentro de casa su consumo está subiendo. La mejora fue generalizada. Se incrementó el gasto en vino, en cerveza y también en sidra.

Con estos datos sobre el mantel, el consumo de los asturianos comienza a dar claros síntomas de mejoría, tras años por los suelos. Aunque lo que ha dejado la crisis es un cambio en muchos de los hábitos de compra. Así, por ejemplo, según diversos estudios ahora en la cesta de la compra abundan los productos de marca blanca, más económicos. Y compañías de estudios de mercado como Nielsen aseguran que la tendencia de comer de forma más saludable va ganando peso.