El equipo del "Informe ERA" proponía apostar por el crecimiento del turismo, que hoy supone ya el 10% del PIB regional, utilizando una marca propia y diferenciada de otras regiones y basada en el turismo de naturaleza y cultural. Una de las líneas estratégicas que se proponía era la desestacionalización de la oferta, aún muy concentrada en el verano.