La factoría de Capsa en Granda (Siero), la mayor de los siete centros productivos de la filial industrial de Central Lechera Asturiana (Clas) en España, quedó ayer paralizada tras secundar sus trabajadores la primera de las ocho jornadas de huelga convocadas por la negociación del convenio colectivo de este complejo fabril para el periodo 2016-2019 (las conversaciones, iniciadas en abril de 2016, no han logrado avances) y otras reclamaciones.

La anterior paralización de la producción se prolongó durante 48 horas en febrero. Ayer, y a diferencia de lo que ocurrió entonces, el personal de dirección y de oficinas evitó acceder a las instalaciones, a cuya entrada se concentraron los trabajadores en huelga.

El conflicto afecta sólo al centro productivo de Granda, que da empleo a casi 750 de los 806 trabajadores que el grupo Central Lechera Asturiana tiene en Asturias. El personal concernido por el convenio y por la huelga pertenece en su mayor parte a la filial industrial Capsa (fabricante de los productos lácteos) y, en menor número, a la matriz (Central Lechera Asturiana) y a su también filial Asa, productora de piensos.

El resto de las plantas fabriles de Capsa, que no están afectadas por la protesta, mantienen su producción con normalidad así como la distribución de productos y abastecimiento del mercado, dijeron fuentes de la compañía. La recogida de leche que procesa la fábrica de Granda se desvía a otras plantas del grupo.

Anteayer, durante un encuentro en Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos laborales (SASEC), las dos partes plantearon contrapropuestas para desbloquear la negociación pero no se alcanzó un acuerdo. La empresa ofreció un aumento salarial del 1% fijo consolidable más el 0,7% variable y aceptó el mantenimiento de la antigüedad. El comité laboral propuso prolongar el convenio colectivo hasta ahora vigente en sus actuales términos con la única modificación de la revisión de los salarios actualizándolos con el índice de precios de consumo (IPC).

En el conflicto también subyacen otras demandas laborales y la denuncia (desmentida por la dirección de la compañía) de desplazamiento de actividad productiva desde Granda a la fábrica de Larsa (la marca gallega del grupo Central Lechera Asturiana) en Lugo. La empresa mantiene que no volverá a negociar mientras persista la huelga y acusó al comité de querer dirigir la empresa.