El diseño de la recapitalización que se pretende pactar entre Duro Felguera y la banca acreedora sopesa varias formulaciones pero parece tomar fuerza el escenario de una inyección cercana a los 100 millones por los accionistas de nueva incorporación, sin perjuicio de la que puedan hacer los actuales socios de la empresa. Ahí se abre un horquilla de opciones en la que algunos acreedores estiman que el refuerzo necesario total podría llegar en caso extremo a los 125 ó 150 millones, a lo que se sumaría la concesión a la sociedad de otros 130 millones en nuevos avales para acometer futuros proyectos, según varias estimaciones coincidentes.

En este dibujo empieza a ser considerado como solución "más probable" la entrada de varias socios y no uno solo, mientras continúan las conversaciones a varias bandas para cohonestar voluntades entre la empresa y la banca acreedora y, a su vez, con los grupos aspirantes a tomar posiciones. Varias fuentes mantienen que son varios los grupos candidatos, tanto nacionales como extranjeros, y tanto industriales como financieros.

Para formalizar la operación de refinanciación, la banca demanda cambios a la empresa. A la presión del calendario para dar satisfacción a esta pretensión (el día 30 vence el "tiempo de espera" concedido por las entidades financieras acreedoras) se sumó desde hace dos días el nerviosismo de los inversores en Bolsa. La acción siguió ayer a la baja, con un retroceso del 6,25%, aún relevante pero más liviano que el desplome del casi 21% de la víspera. En dos sesiones, la compañía ha perdido 33,6 millones de valor bursátil y ayer cerró con una capitalización de 96 millones, con lo que se situó por debajo del nivel simbólico de los 100 millones. Pese a atenuar su caída, Duro volvió a ser ayer el valor más castigado en la Bolsa de Madrid, secundado por Liberbank.

Los testimonios que emanan de los aledaños de la negociación apuntan a que no habrá refinanciación si no se produce la incorporación de un nuevo consejero delegado o primer ejecutivo (funciones que ahora desempeña el presidente, Ángel del Valle, representante del primer grupo accionarial), no se introducen cambios en el gobierno corporativo y si no se aprueba y ponen marcha planes de ajuste y de desinversión de activos no cruciales.

Si el acuerdo prospera, se mantiene como opción más verosímil para la futura estructura accionarial la posición dominante de los accionistas de nueva incorporación, una posición menor de la banca (previa capitalización de la parte de la deuda que se considere "no sostenible") y el accionariado actual, a la espera de si los dos grupos hoy más importantes en la propiedad de la compañía (las familias Arrojo y Arias) confirman si acuden a la ampliación con una inyección adicional de recursos, como de hecho era su intención hace unos meses.

La deuda bancaria bruta de Duro suma 340 millones, pero, descontada la liquidez y caja disponible, arroja un endeudamiento neto de unos 240 millones.

A los proyectos sujetos a reclamación, arbitraje o atraso en los cobros en Venezuela, Argentina, Australia e India, se ha sumado alguna dificultad adicional. El proyecto de construcción de una central de ciclo combinado en Djelfa (Argelia) está sufriendo demoras no atribuibles a Duro por la tardanza del cliente en acometer la obra civil, por lo que el proyecto podría retrasarse hasta 2021, lo que está generando sobrecostes a la compañía.