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La potenciación de un sector que desapareció en 1992

Asturias recupera la tradición industrial cervecera con una nueva planta en Piloña

Agua de Borines y Ca Beleño ultiman una fábrica que elaborará 126.000 litros anuales El proyecto se suma al de Caleya en Valnalón (Langreo)

Agua de Borines, Ca Beleño y varios inversores están ultimando la próxima puesta en marcha en Borines (Piloña) de una fábrica de cerveza, cuyo proyecto se remonta a hace cinco años y que se puso en marcha hace tres con la constitución de la sociedad Artesanos Cerveceros de Asturias. La entrada en producción de la planta se espera que se produzca en Navidad.

Con este proyecto empresarial, y con la reciente reactivación de la planta cervecera de Caleya -tras el traslado de sus instalaciones de Sobrescobio al polígono de Valnalón, en Langreo, para ampliar su capacidad hasta 125.000 litros este año y 200.000 en el futuro- Asturias, que cuenta con un significativo elenco de pequeño elaboradores artesanales, recupera la larga tradición fabril de la industria cervecera regional, que se había extinguido en 1992 con el cierre de la fábrica de El Águila Negra, de Colloto, y con la clausura, dieciocho años antes, en 1974, de la factoría de La Estrella de Gijón.

La planta de elaboración y envasado de Artesanos Cerveceros de Asturias, que ha ejecutado hasta ahora una inversión de 1,5 millones de euros, ocupa dos de los cuatro edificios catalogados del complejo fabril de Agua de Borines (el llamado chalet de Sagasta y el inmueble de las antiguas cocinas del balneario), que han sido rehabilitados y equipados con maquinaria procedente de Alemania, Eslovaquia y Chequia.

La planta parte con una capacidad inicial de producción de 126.000 litros anuales y elaborará, con la marca Ordum, una cerveza tipo "lager" (rubia) con agua del manantial minero-medicinal de Borines y malta y lúpulos de alta calidad mediante un proceso que preservará los rasgos cualitativos de la cerveza artesanal: con filtración por decantación para conservar las levaduras y otros ingredientes de la cerveza, con carbonatación natural (sin añadido de anhídrido carbónico) y sin conservantes, y mediante una proceso de elaboración natural y sin aceleración.

La planta, que tendrá en origen entre cuatro y ocho empleados, embotellará en vidrio no retornable de 33 centilitros y también envasará en barril para determinados puntos de venta. La distribución se hará a través de hostelería, establecimientos de alimentación asturiana, tiendas "gourmet" y acontecimientos cerveceros nacionales e internacionales.

La factoría aspira a ser una planta ecológica, dijo su director, Frankie Delgado, reutilizando para otros usos el CO2 que se deriva de la fermentación, el bagazo (restos de la malta) y la levadura resultante del proceso, extremando la depuración de aguas sobrantes y, en el futuro, abasteciéndose de energía renovable. El producto, según la concepción de la maestra cervecera Blanca Fresno, será una cerveza de carbonatación suave, fresca, de baja graduación y predominio del sabor a malta.

El sector español de la cerveza, muy pujante en los últimos decenios, está en manos de grandes grupos y algunas multinacionales, y apenas sobreviven dos operadores independientes con orígenes regionales aunque con una creciente expansión nacional e internacional: Estrella de Galicia y La Zaragozana (Ambar).

Artesanos Cerveceros de Asturias, cuyo presidente y consejero delegado es Pedro Cepeda, es una alianza de la empresa embotelladora de agua mineral Agua de Borines, de Borines (Piloña), que diversifica así su negocio, y Ca Beleño, un establecimiento ovetense que data de 1987 y que desde 2012 elabora de forma artesanal para autoabastecimiento en una microfactoría anexa cinco modalidades de cerveza con la marca Ordum: de escanda asturiana, tostada, negra, tipo IPA y lager, a la que sumará este año una sexta variedad de alta graduación.

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