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Duro afronta el tramo final de la moratoria bancaria bajo la presión de los inversores

La acción, que ayer cayó el 3,28%, cede el 13% desde el acuerdo de espera El grupo reunirá al consejo por tercera vez este mes

Duro afronta el tramo final de la moratoria bancaria bajo la presión de los inversores

El consejo de administración de Duro Felguera volvió a reunirse esta semana por segunda vez en lo que va de mes y se prevé otra reunión más antes de que el próximo día 30 concluya el periodo de moratoria pactado el 4 de julio por la empresa y sus principales bancos acreedores, y por el que las entidades prestamistas renunciaron al cobro durante tres meses del principal y los intereses de los créditos para dar tiempo a la empresa a reenfocar su situación financiera y a diseñar un plan negociado con la banca que facilite un eventual acuerdo de refinanciación.

La acción mantiene su tendencia bajista en Bolsa a la espera de decisiones que despejen la incertidumbre y que garanticen el desbloqueo de la negociación con la banca acreedora para que ésta acceda a refinanciar la deuda, que al cierre del primer trimestre alcanzaba los 244 millones en términos netos.

Ayer, los títulos de la compañía cedieron el 3,28% de su valor y cerraron en 0,59 euros, casi planos respecto al inicio de la semana, que había comenzado en los 0,60 euros. Desde que se anunció el acuerdo de espera con la banca, el 4 de julio, y que ha entrañado un respiro para la sociedad, el valor retrocedió en el parqué el 13,23%, lo que apunta al temor de los inversores por la falta de noticias.

La convocatoria de dos sesiones del consejo en sendas semanas consecutivas y la próxima celebración de una tercera reunión en el mismo mes guardan relación con el agotamiento del plazo concedido a la compañía por sus principales bancos. En algún momento se barajó la posibilidad de una prórroga en caso de que no diese tiempo cerrar el acuerdo y materializar avances antes del día 30, aunque existen dudas de cómo pudiera ser interpretada por la Bolsa y los acreedores no bancarios una ampliación del periodo de gracia.

La banca pretende de Duro que ponga en marcha un proceso de recapitalización, con entrada de nuevos inversores mediante una ampliación de capital que podría situarse en unos 100 millones (algunas estimaciones creen que podrían llegara a 150 millones), aportados sobre todo por el nuevo socio o socios, por los accionistas preexistente si finalmente acuden a la operación y por la banca acreedora mediante un canje parcial de deuda por acciones de Duro para reducir el apalancamiento de la sociedad.

Esta reestructuración de parte de la deuda y la refinanciación del resto por las entidades financieras está condicionada a la entrada de nuevos accionistas y del refuerzo de los recursos propios del grupo, a la introducción de cambios en la gestión y en el gobierno corporativo del grupo (lo que podría afectar la posición de Ángel del Valle como primer ejecutivo) y la venta de activos no esenciales (caso de la sede social de Madrid y otros) para generar recursos y reducir costes. Del Valle había dicho hace meses que su posición futura en el grupo no sería un obstáculo. Entonces los socios asturianos de referencia estaban dispuestos a participar en la inyección de nuevos recursos.

La compañía, en pérdidas desde 2015 a consecuencia de sobrecostes y litigios en varios proyectos internacionales, cerró el primer trimestre (último periodo del que hay datos) con ganancias operativas aunque acabó arrojando pérdidas de 0,3 millones al imputar, según Duro, costes de reestructuración. Duro tiene planteadas reclamaciones de cobro a clientes por un monto de 508 millones por obras en Venezuela, Argentina, Australia e India

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