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La "ITV" de los edificios avanza en Asturias con un coste de entre 50 y 75 euros por vecino

Los problemas en las fachadas, los más frecuentes Los ingenieros exigen ser habilitados para hacer las inspecciones

Los edificios asturianos más antiguos, los que han pasado de la cincuentena, están superando el examen técnico que desde hace unos meses es obligatorio para comprobar su estado a tiempo y sin apurar demasiado los plazos. El problema más común que está sacando a la luz esta prueba está en las fachadas, por grietas o por riesgos de desprendimiento, según confirman los administradores de fincas de la región y algunos profesionales que trabajan en este sector.

El Principado impulsó la normativa que obligaba a los inmuebles a superar el informe de evaluación (IEE) a finales de mayo y emplazó a todas las comunidades de vecinos de edificios construidos antes de 1964 a hacer el examen antes del 27 de junio de 2018. Si no lo hacían podían ser multados por su Ayuntamiento. Pero parece que la sangre no llegará al río en la inmensa mayoría de los casos. Además, presentarse a esta "ITV" sale a unos 75 euros por vecino, menos de lo estimado.

El principal problema detectado en este tipo de edificios está en las fachadas. Generalmente, grietas u otras deficiencias que pueden provocar riesgos de desprendimientos sobre la acera. Lo corrobora el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Asturias, Anselmo Gómez, que asegura que "es lo más común". No hay tantos problemas estructurales, por ejemplo, en vigas o pilares. Lo que sí abundan algo más son algunas complicaciones de las instalaciones eléctricas. Nada que no se arregle con una derrama. Daniel Araujo, de la empresa IEE Asturias, asegura que "en cada edificio te encuentras algo particular que llama la atención por la forma en que fue realizado o por cómo se las ingeniaron para solucionar algún problema".

La actividad entre los profesionales que se dedican a pasar estos exámenes va en aumento. "La carga de trabajo está al alza", señala Araujo. Aunque las pruebas van haciéndose, asegura, no obstante, que tiene unos cuantos presupuestos aprobados para hacer la inspección un mes antes de que acabe el plazo, es decir, en mayo de 2018. Con lo que es probable que un buen número de comunidades esté dejando el examen para última hora. Apurando al máximo.

La demanda para realizar las evaluaciones técnicas va subiendo, pero lo que a la vez está bajando son los precios que cobran los profesionales acreditados para hacer de examinadores (sólo arquitectos y aparejadores). Los expertos consultados apuntan: "Los precios que se están ofertando son bajos, nuestro sector está muy tocado por la crisis y eso conlleva una dura competencia, por lo que hay una tendencia a la disminución de los honorarios". Poniendo las cifras sobre la mesa, Anselmo Gómez asegura que, por regla general, uno de estos informes cuesta unos 1.500 euros para un edificio que tenga entre 20 y 30 vecinos. Es decir, salen a entre 50 y 75 por cabeza. Araujo añade, no obstante, que la factura depende de múltiples factores, entre ellos de las características o la complejidad del edificio.

El hecho de que sólo los arquitectos y los aparejadores puedan hacer de examinadores está levantando ampollas entre otros colectivos. Los ingenieros industriales consideran que ellos también están capacitados más que de sobra para ese trabajo. El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales ha presentado un contencioso administrativo, que ya ha sido admitido a trámite por el Tribunal Superior de Justicia (TSJA), para que se incluya a los profesionales del sector entre los que pueden realizar el examen. El decano del colegio, Esteban Fernández Rico, asegura que hay precedentes. Por ejemplo, en Alicante.

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