El final del verano trajo más paro en Asturias (3.401 más, hasta los 76.071), con un aumento muy intenso en términos relativos (4,68%), el tercero mayor del país y cercano al que registró Baleares (5,12%), una de las comunidades con un perfil turístico más acentuado. Los resultados conocidos ayer sobre el paro registrado en las oficinas públicas corroboraron así el evidente carácter estacional de la mejora observada en el mercado de trabajo desde la primavera, fruto de la creación de miles de puestos de trabajo temporales. Da fe de ello también el siguiente dato: la entrada del otoño ha reducido en 6.273 los afiliados a la Seguridad Social, entre ellos más de 5.000 empleos pertenecientes a la hostelería, el comercio y la Administración, los tres subsectores que más refuerzan sus plantillas durante el verano.

Los números del mercado laboral son congruentes con los estudios que hablan del creciente peso del turismo en la economía regional (el 10,3% del PIB en 2016, ya muy cerca de la media española, del 11,1%). La fuerte subida del paro en septiembre coincide después de unos meses en los que la reducción del paro había sido particularmente intensa en Asturias. Entre abril y agosto, cuando se concentran las contrataciones extraordinarias en el sector servicios, el desempleo bajó en la región el 10,7%, el doble de cómo lo hizo en el conjunto de España. Es un indicador de la relevancia que tienen los empleos estacionales en el mercado laboral asturiano, con lo que ello supone de precariedad, aunque también de oportunidad para muchos desempleados de salir por un tiempo de la cola del paro.

La llegada del otoño laboral suele ser algo más tardía en Asturias que en otras regiones, porque en muchos negocios se prorrogan los contratos al menos durante una parte de septiembre. Concluido el mes, los resultados de las afiliaciones a la Seguridad Social muestran dónde estuvieron concentradas las bajas: unos dos mil cotizantes menos en la hostelería que en agosto, cerca de ochocientos menos también en el comercio y quinientos en la Administración. En cambio, las afiliaciones permanecieron prácticamente estables en la industria y subieron ligeramente en el transporte, en los servicios a las empresas y en la construcción. Este último fue el único de los grandes sectores donde se registró un descenso del paro.

El aumento del desempleo fue generalizado en Asturias y tuvo una incidencia especial en los concejos orientales más pegados al turismo. En cuatro de ellos el número de parados se disparó más del 30%: Llanes (32,87%), Ribadesella (34,75%), Rivadedeva (52,94%) y Parres (35,95%). En Cangas de Onís el incremento se acercó al 20%. En la costa occidental, Tapia de Casariego se fue hasta el 28,3%. Los grandes municipios del área central, salvo Avilés, tuvieron subidas inferiores al 4%.

El Gobierno asturiano y la patronal FADE quisieron poner el foco en la reducción del desempleo respecto a 2016 (-7,75%, seis décimas por debajo de la media española), indicativa de que se mantiene la tendencia de mejora laboral que comenzó en 2014 y que, pese al incremento de este septiembre, ha situado las cifras del desempleo en el nivel más bajo desde 2011. Los sindicatos UGT y CC OO volvieron a enfatizar la precariedad de la contratación (92% de contratos temporales en septiembre) y el deterioro de los salarios. Y criticaron asimismo que el modelo productivo esté rotando hacia el turismo en vez de hacia la industria.