Luz verde a la nueva ley de autónomos tras diez meses de tramitación, múltiples tiras y aflojas políticos y tras superar 150 enmiendas parlamentarias. El Senado aprobó ayer por unanimidad esta normativa que supera así su último trámite, aunque muchas de las medidas más relevantes no entrarán en vigor hasta el 1 de enero de 2018. Para otras tendrán que esperar tanto y se pondrán en marcha en cuanto la ley sea publicada en el "Boletín Oficial del Estado" (BOE). Entre las de este segundo grupo figura la que permite a los autónomos que alcancen la edad de jubilación continuar trabajando y cobrar el cien por ciento de la pensión (frente al 50% actual), aunque con una condición: tener al menos un asalariado en plantilla.

Para el próximo año quedarán la mayor parte de las medidas estrella de la ley. Entre ellas, figuran la ampliación de la llamada tarifa plana de 50 euros para los nuevos autónomos, que podrá llegar también a quienes quieran reemprender su actividad. Ocurre lo mismo con otras ayudas para, por ejemplo, reducir las cargas administrativas o para fomentar la creación de empleo.

Las asociaciones de autónomos valoraron muy positivamente la aprobación de la ley, pero aseguran que aún queda alguna que otra "laguna". "Sin duda, la ley hará un poco más llevadero el duro camino del autónomo, pero están sin resolver aún algunos problemas", señaló el líder de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad. Entre los retos pendientes apunta la baja cuantía de las pensiones.

El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, aseguró que la normativa es un "paso adelante muy importante".

Medidas para el empleo. En este apartado figuran algunas de las medidas de mayor calado. Entre ellas, la extensión de la tarifa plana de seis a doce meses. Esto quiere decir que los nuevos autoempleados solo tendrán que pagar 50 euros como cuota a la Seguridad Social durante los primeros doce meses de su actividad. Los que quieran reincorporarse al régimen de autónomos también podrán beneficiarse de la tarifa plana bajo unas condiciones menos estrictas que ahora: se reduce de cinco a dos años la obligación de no estar previamente dado de alta en la Seguridad Social. También se creará una nueva bonificación del cien por cien de la cuota si el autónomo contrata de forma indefinida a su cónyuge, ascendientes, descendientes y demás parientes por consanguinidad, hasta el segundo grado inclusive. Todos estos cambios entrarán en vigor en 2018.

Medidas en la cotización. Los autónomos podrán cambiar de base de cotización hasta cuatro veces al año (para adecuarlas mejor a sus ingresos), en lugar de las dos actuales. Y las bajas y altas en la Seguridad Social se podrán realizar tres veces al año, siendo efectivas en el día realizado. De esta forma, únicamente se pagará la cuota de los días en los que el autónomo esté dado de alta y no el mes completo.

Medidas fiscales. La ley reduce los recargos por retrasarse en el pago de las cuotas a la Seguridad Social: pasarán del 20% de penalización actual al 10%. Otra de las medidas estrella supone que los autoempleados pueden deducirse un 30% de los gastos de suministros como el agua, luz y telefonía cuando trabajen desde casa. Así mismo, podrán deducir (si cumplen una serie de condiciones) 26,67 euros diarios en el IRPF por gasto en comida.

Medidas para conciliar. Las madres que se reenganchen al sistema de autónomos sin que se hayan cumplido dos años desde que cesaran su actividad por motivos de maternidad o adopción también podrán acogerse a la tarifa plana de 50 euros. Habrá además una exención del cien por ciento de la cuota durante un año para el cuidado de menores o dependientes. Estas medidas entrará en vigor de forma inminente.