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La sostenibilidad financiera de la Administración

Un año de sueldo para la deuda pública

Los asturianos tendrían que dedicar 374 días de trabajo para amortizar la cuota regional del endeudamiento del Estado y los débitos del Principado, que marcan otro récord

Un año de sueldo para la deuda pública

El endeudamiento del conjunto de las Administraciones españolas alcanzó a fines del segundo trimestre de este año un nuevo récord en términos absolutos (1,138 billones de euros, 31.000 millones más que a la misma altura de 2016), si bien el crecimiento económico ha hecho posible que la proporción que representa esa cantidad sobre el producto interior bruto (PIB) se atenuara hasta situarse en el 99,8%. Ese es uno de los indicadores más utilizados para medir la carga que supone la deuda y la capacidad de un territorio para afrontarla. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal aporta otro cálculo que para el caso de Asturias tiene el siguiente resultado: amortizar la deuda que corresponde a la región (la autonómica más la participación en los débitos estatales) requeriría dedicar a ello todos los ingresos que por su trabajo recibe cada asturiano durante un período superior a un año (374 días).

El citado organismo, creado en 2013 por indicación de la UE para realizar un control independiente de las cuentas públicas, desagrega así la factura en jornadas de trabajo: 68 días para pagar la deuda del Principado y 306 para la cuota en el endeudamiento de la Administración central y la Seguridad Social, que se calcula de acuerdo con la población de cada comunidad.

Esos datos figuran en un informe de la Autoridad Fiscal donde examina la evolución de la deuda española y proyecta cuál puede ser su comportamiento futuro. En los siguientes puntos se exponen sus principales conclusiones.

Por Administraciones. La deuda pública está repartida así entre los distintos niveles del sector público: el 72% es de la Administración central; el 25%, de las autonomías, y el 3% restante, de los municipios. En el último año, la ratio de deuda autonómica, la única que ha subido, excedió por primera vez el 25% del PIB, aunque el comportamiento de las regiones no ha sido uniforme.

Por regiones. La Autoridad Fiscal expone que, entre junio de 2016 y el mismo mes de 2017, la ratio de endeudamiento aumentó singularmente en Cantabria, Extremadura y Murcia y descendió en Navarra y Asturias. El pasivo de la Administración del Principado (4.370 millones, cifra récord) equivale al 19,7% del PIB, tres décimas por debajo del nivel de hace un año. Como ocurre con el conjunto del Estado, el crecimiento económico ayuda a aligerar la intensidad de la deuda aunque ésta haya aumentado en términos absolutos. El endeudamiento de la autonomía es, en todo caso, inferior a la media nacional y singularmente a los que presentan las comunidades en peor situación: Comunidad Valenciana (41,8% del PIB), Castilla-La Mancha (36,6%), Cataluña (35,5%) y Baleares (30,7%). Las posiciones más bajas corresponden a Madrid (15,1%) y a tres territorios que disponen de financiaciones reforzadas: País Vasco (15,3%), Canarias (16,7%) y Navarra (19,3%).

Enchufados al FLA. El alto nivel de deuda pública limita e incluso anula la capacidad de varias regiones de financiarse en el mercado (emitiendo bonos o contratando préstamos) y acentúa su dependencia de los mecanismos de apoyo del Estado (Fondo de Liquidez Autonómica), con las condiciones que conlleva (planes de ajustes, entre ellas). Las autonomías que más enchufadas están a esos mecanismos son la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Baleares y Cataluña. La Autoridad Fiscal cree que esa dependencia se acentuará sobre todo para valencianos, catalanes y castellano-manchegos. En cambio, Asturias ha aligerado su dependencia de los fondos de liquidez: representan el 33% de la deuda regional, frente al 79% de la Comunidad Valenciana.

El futuro. Las reglas de la UE determinan que las cuentas públicas de los países son sometidas a vigilancia especial y a la obligación de realizar ajustes (protocolo de déficit excesivo) cuando el desfase presupuestario supera el 3% del PIB. Ese mismo protocolo se puede activar si la deuda pública es elevada (por encima del 60% del PIB) y no se ha reducido en los tres años precedentes a una velocidad determinada. El endeudamiento español escaló desde el 35,5% del PIB en 2007 al entorno del 100%. ¿En qué dirección va ahora? Considerando un escenario económico que llama "neutral", la Autoridad Fiscal ha pronosticado que la deuda española seguirá una senda "levemente decreciente" de modo que no bajará del 60% del PIB al menos hasta 2035. El organismo maneja un escenario peor: en el supuesto de que la prima de riesgo suba a doscientos puntos básicos (hoy está en 120) en el horizonte de 2020 y de que se ralentice el crecimiento del PIB, el endeudamiento se estabilizaría en torno al 95% del producto, "con riesgos serios de sostenibilidad".

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