La banca acreedora considera que la solución para reflotar Duro Felguera pasa por la incorporación al accionariado de un socio industrial que tome el mando del negocio. Hasta el momento, varios grupos de esas características que han examinado la situación de la compañía asturiana han transmitido que no están interesados en la operación. A más corto plazo, Duro y la banca aún tienen que concretar las condiciones en las que se desbloqueará la concesión de avales para que la empresa disponga de liquidez durante los próximos meses, condiciones que incluyen la aportación de garantías por parte de los principales accionistas.

El futuro de Duro y sus dos mil empleos se decide en distintos frentes: en los litigios que la empresa mantiene en varios países (Venezuela, Australia, Argentina e India) para reclamar 508 millones de cobros pendientes; en las conversaciones con la banca para renegociar deudas por valor de 295 millones y en los contactos con potenciales inversores para reforzar el capital, capítulo que forma parte de las exigencias de los acreedores financieros. Estos consideran, según las fuentes consultadas, que la solución óptima para Duro sería la entrada en el capital, con una posición de control, de una corporación de perfil industrial y con experiencia en el mercado en el que se desenvuelve la compañía.

Desde el pasado verano, al menos tres compañías vinculadas al mundo de la ingeniería firmaron acuerdos de confidencialidad para tener acceso a la documentación de Duro Felguera: TSK, Acciona y Elecnor. Sin embargo, las tres han expresado en distintos momentos que no estaban en disposición de invertir en Duro. Según las fuentes consultadas, los bancos verían con especial interés una operación de TSK sobre Duro.

Otros inversores potenciales que han contactado con Duro no tienen ese perfil industrial. Es el caso del fondo británico Bybrook Capital y de varios patrimonios familiares ("family office"), entre ellos uno asturiano. La dirección de Duro comunicó, al presentar los resultados del primer semestre, que la búsqueda de un "socio estratégico" continúa "sin que se haya definido aún su perfil ni la forma de entrada en el capital, habiendo a la fecha (el 29 de septiembre pasado) varios interesados".

Duro y la banca habrán de cerrar la concesión de avales (por valor de hasta 31 millones de euros) para que el grupo tenga liquidez con la que realizar sus pagos, incluidos los de las nóminas, durante los próximos meses. El acceso a los avales está vinculado a la reciente moratoria pactada con los bancos que libera a Duro, hasta el 15 de enero, de amortizar sus créditos y pagar intereses. Pero el otorgamiento de los avales no será automático. Fuentes conocedoras explicaron que los bancos se prestan a avalar a Duro por valor de la mitad de los 31 millones y que para el resto quieren que los principales accionistas, y en particular el grupo que respalda al presidente, Ángel Antonio del Valle, aporten garantías para responder personalmente en caso de impago.

La cotización de las acciones de Duro cayó ayer el 3,77% en Bolsa, hasta los 0,51 euros.