Las plantas de productos largos (alambrón y carril) de Arcelor-Mittal en Gijón atraviesan un momento complicado, con meses en pérdidas y una floja cartera de pedidos. Para lograr una remontada, los sindicatos vienen reclamando a la dirección de la multinacional que haga un esfuerzo extra y realice inversores que mejoren y diversifiquen la producción frente a la feroz competencia. Especialmente, en el taller de alambrón.

La multinacional ya ha hecho un importante desembolso en carril con la instalación de nuevas máquinas capaces de fabricar vías de tren de una mayor longitud, de hasta 108 metros y con una mayor resistencia. Según fuentes sindicales, es un claro punto a favor frente a los competidores, especialmente aquellos con acerías eléctricas, que últimamente han entrado con fuerza en este mercado. Además, la multinacional está a un paso de cerrar varios contratos para esta instalación que le asegurarían una buena carga de trabajo. Por lo que hay motivos para la esperanza.

No tan positiva parece la situación del taller de alambrón. El problema está en las limitaciones de la factoría, que sólo pueden fabricar piezas de entre 20 y 25 centímetros de diámetro. Mientras que las de los competidores tienen un grosor mayor.