Ismael Prendes, marino mercante jubilado y natural de Cudillero, compró en 2010 un piso en Oviedo por 182.000 euros. "Estaba puesto en 200.000 en la agencia, pero conseguimos un descuento", explica. Pagó el impuesto de transmisiones con arreglo a ese precio: 12.740 euros. Luego volvió a embarcarse en el petrolero en el que trabajaba como capitán. "Estando navegando, mi mujer me llamó un día y me dijo que el Principado nos reclamaba cinco mil euros más". En aquel momento, la Administración asturiana valoraba la vivienda a efectos fiscales en 260.488 euros, un 43% por encima de los 182.000 euros que había pagado. La factura tributaria extra fue de 5.546 euros. "Quise reclamar, pero a quienes consulté me dijeron que no había nada que hacer", lamenta. Su caso, como otros de entonces, está prescritos y sin opción de pleitear.
