Duro Felguera demora el relevo de su presidente mientras espera a que la banca acreedora haga llegar su propuesta oficial con sus condiciones para acceder a la reactivación de avales. El documento con la propuesta oficial a Duro está aún siendo sometido a los comités de riesgos de los bancos y su redacción, con la intervención de los servicios jurídicos respectivos y de los asesores de la banca, está en proceso de consenso y de aprobación por los prestamistas.

La reunión mensual ordinaria del consejo de Duro, en la que se formularán los resultados trimestrales del grupo, se prolongó ayer hasta pasadas las nueve de la noche y continuará hoy. Es la segunda vez que las deliberaciones del máximo órgano ejecutivo de Duro se prolonga durante dos jornadas. Lo mismo ocurrió en octubre.

Pese a ello, y según la previsión que existía ayer en el grupo, no se esperan decisiones inminentes sobre un relevo que diversos medios vinculados a la operación consideran en proceso avanzado y, en virtud del cual Ángel del Valle, representante del mayor grupo accionarial, cederá esta posición para continuar como vocal del órgano de administración. El consejero independiente Acacio Rodríguez asumirá el primer puesto ejecutivo de modo transitorio hasta tanto que se conforme una nueva estructura accionarial, lo que ocurrirá una vez que se ejecute la esperada ampliación de capital con la entrada de nuevos inversores. De la nueva composición accionarial dimanará la nueva dirección del grupo. Se da por seguro, no obstante, que en el consejo de ayer se habló de todo ello, así como de las exigencias oficiales que plantean los acreedores.

Sin embargo, es seguro que la banca no va a expresar por escrito la petición de relevo del presidente en su propuesta oficial a Duro Felguera como condición para facilitar avales por un monto de 31 a 33 millones y que permitirán al grupo hacer frente a sus pagos inmediatos. Los acreedores financieros exigirán cambios en el modelo de gestión y la venta de activos, además de la aportación por la sociedad de garantías equivalentes al 50% de los avales mediante los recursos que la compañía obtenga con las desinversiones.

El relevo en la presidencia se concibe como una iniciativa que debe promover el consejo como reflexión propia, y no impuesto desde fuera. La banca se desvincula de toda apariencia de injerencia en la autonomía del consejo, aunque demandará mejoras en la gestión, mayor control de la operaciones, una racionalización de procesos, más coordinación y búsqueda de sinergias en los proyectos y otras medidas que permitan mejorar resultados, junto con la aceleración de los procesos de venta de activos.

Los prestamistas entienden que la sociedad no ha sido activa en la materialización de estos objetivos durante el último año de conversaciones y que debe acelerarlos para que inversores externos puedan plantearse aportar recursos acudiendo a la proyectada ampliación de capital. De todo ello dependerá a su vez que la banca convierta en capital el 60% de la deuda del grupo para aliviar los pasivos de la empresa y que refinancie el resto.