El consejo de administración de Duro Felguera volvió a vivir ayer una nueva sesión tensa y dilatada. El máximo órgano ejecutivo de la ingeniería asturiana, con problemas financieros que negocia desde hace meses con la banca acreedora, seguía analizando anoche las medidas que deben ponerse en marcha para afrontar sus dificultades, entre ellas la venta de su sede madrileña, una vez que existe una oferta de compra por parte del Banco Sabadell que está bien vista por el resto de la banca acreedora. Con el importe de la transacción, Duro dispondría de recursos para aportar garantías por un importe de 10 millones a los acreedores financieros, con lo que éstos liberarían avales a Duro por unos 32 millones. Estos avales son prioritarios para la empresa asturiana porque le permitiría afrontar desembolsos inmediatos y no incurrir en impagos. Se cree sin embargo que Del Valle podría proponer otro comprador para el edificio.

En el consejo estaba previsto también abordar la prórroga del contrato del asesor Miguel Zorita, que se incorporó a la sociedad en mayo para favorecer la interlocución con la banca y para diseñar el plan de reflotamiento del grupo. El plan, que fue aprobado por el consejo de Duro hace semanas, consiste en venta de activos, ampliación de capital con entrada de nuevos inversores, capitalización parcial de la deuda bancaria y refinanciación del resto de los débitos.

El contrato de Zorita vence en días y el consejo debe manifestarse de forma explícita para su prórroga. Esto genera tensión porque el presidente de Duro, Ángel del Valle, no es partidario de su continuidad y, según medios conocedores, ya intentó su revocación en el pasado reciente.

La continuidad de Zorita es una de las condiciones que impuso la banca cuando en octubre prorrogó hasta el 15 de enero la tregua financiera por la que desde el 4 de julio exime a la compañía de hacer frente a la amortización de su deuda bancaria (359 millones brutos y 267,6 millones netos) y al pago de los intereses, lo que supone un alivio para la delicada situación del grupo y le permite ganar tiempo hasta que se alcance el acuerdo definitivo de refinanciación.

La continuidad a su vez de Del Valle en la presidencia persiste como el asunto más espinoso a resolver. Los consejeros independientes intentan forzar el cambio y Del Valle, que asumió a fines de octubre dar un paso atrás y seguir como consejero, está supeditando su relevo a que antes se desbloqueen los avales. Sin embargo, la investigación judicial sobre el caso Venezuela complica su continuidad. El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha empezado a tomar declaración a los querellados. Ayer testificó el expresidente de la compañía, Juan Carlos Torres, quien se ratificó en la explicación que aportó tiempo atrás a la Fiscalía Anticorrupción. También lo han hecho ayer y en días previos varios de los expolíticos venezolanos investigados. Del Valle y Duro comparecerán próximamente.

Un grupo de directivos de Duro, muy preocupados desde hace tiempo por la situación de "impasse" de la compañía y la incertidumbre que pesa sobre ella, habían preparado informes para persuadir al consejo en su sesión de ayer para que asuma una posición más activa y ágil en la solución de los problemas. Hasta donde trascendió, los informes tratan de influir en el consejo para que releve a Del Valle. El vocal independiente Acacio Rodríguez es bien visto por los acreedores como sucesor transitorio. Pese a las zozobras, Duro fue ayer el tercer valor más alcista en Bolsa: subió el 4,26%, sólo menos que Solaria (8,86) y Liberbank (5,31).