Miles de taxistas procedentes de diferentes puntos de España se manifestaron ayer en Madrid contra los vehículos de alquiler con conductor (VTC) ofertados por plataformas como Uber y Cabify. La protesta coincidió con un paro convocado por diferentes asociaciones del taxi que tuvo un seguimiento masivo en las principales ciudades de España. Sin embargo, en Asturias la huelga no tuvo incidencia porque las asociaciones del sector no la promovieron. Asotaxi, "que comparte los planteamientos" de la convocatoria, dejó a decisión de sus miembros el seguimiento o no de la huelga y la ejecutiva de la Federación Asturiana Sindical del Taxi (FAST) acordó por unanimidad no secundar el paro, que dejó sin servicio de taxi a ciudades como Madrid y que se saldó con algunos actos vandálicos y agresiones a chóferes.

La huelga estaba convocada para exigir que no se concedan más licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC) que utilizan las plataformas digitales como Uber o Cabify. El número de estas licencias se ha disparado en las grandes ciudades españolas debido a un temporal vacío legal en la materia y a las reclamaciones judiciales. "El Ministerio de Fomento ya ha anunciado medidas de control de esas licencias y su incremento sólo depende ahora de los tribunales, con lo que no tienen sentido las medidas de presión", señaló José Artemio Ardura, secretario general de FAST, que añadió que en Asturias apenas tiene incidencia ese problema "y no hay datos que avalen que vaya a tenerlo en un futuro inmediato ya que no tenemos interés económico para las grandes empresas de VTC".

Según los datos que maneja este colectivo de taxistas, en Asturias hay cerca de 1.400 licencias de taxi y poco más de 120 de VTC, por lo que se supera el ratio legal de un permiso VTC por cada 30 taxis. "Sin embargo esas licencias VTC están en manos de empresas que llevan operando desde hace años en la región, con servicios para empresas o eventos, y no se ha producido un incremento de vehículos. El Principado lleva más de una década sin conceder licencias y en Asturias apenas hubo reclamaciones judiciales y como mucho podrían haber un máximo de unas 30 nuevas licencias por esa vía, un incremento asumible", afirmó Ardura, que añadió que secundar la huelga "es dejar la puerta abierta para que las VTC asturianas hagan su agosto y enviar un mensaje a la opinión pública de que el sector del taxi no tiene futuro, lo que provoca una devaluación de nuestras licencias". Desde FAST se destaca que en Asturias la facturación del taxi ha subido este año un 8% con la recuperación económica.